Historia de la cartografía en Grecia

  1. Escuela jónica
  2. Geógrafos Jónicos
  3. La cartografía en la cuna del saber filosófico.
  4. Los mapas jónicos.
  5. Escuela de Atenas
  6. Escuela de Alejandría

Los mapas actuales se basan en la geografía matemática que se inició en la Grecia clásica, y aunque los avances cartográficos conseguidos por los griegos llegaron a niveles de perfección que no volvieron a ser igualados hasta el siglo XV, la idea general del mundo de la que partían no era muy distinta de la de los babilonios. Fueron los sabios cosmógrafos, astrónomos y matemáticos los que establecieron las primeras directrices para la representación científica de la superficie terrestre. Destacan Anaximandro y Hecateo, que enlazan con las tradiciones babilónicas, pero, sobre todo, la figura de Eratóstenes, quien dividió la Tierra en meridianos y paralelos aunque únicamente trazados sobre lugares bien conocidos y a intervalos irregulares ( y no regulares como realizaría posteriormente, en el siglo II a.C. Hiparco de Nicea). Se cree que el primer mapa que representaba el mundo conocido fue realizado en el siglo VI a.C. por el filósofo griego Anaximandro. Tenía forma circular y mostraba el mundo conocido agrupado en torno al mar Egeo y rodeado por el océano. Los griegos en los tiempos de Homero y Hesiodo representaban el mundo como parte de la esfera (y no como un círculo), que se apoyaba en el cielo por medio del Atlas y cuyo borde superior rodeaba el Océano, dejando espacio en la parte inferior para el Tártaro, la región de la oscuridad, del fuego y de las tinieblas. Thales de Mileto, a quien los eclipses habían revelado la esfericidad de la Tierra, llegó a representarla en un globo de a pies de diámetro, modificando posiblemente las creencias de sus contemporáneos. A partir de entonces quizá cambió radicalmente la disposición de los elementos, dibujándose la parte habitada en el hemisferio superior, situando el océano en todo el resto de la superficie, es decir, en el hemisferio inferior. Entonces quedaba situado el Tártaro en el interior del globo, en donde los geólogos ubicaron el núcleo central incandescente, coincidencia curiosa en la que revive lo esencial de las ciencias antiguas.

ESCUELA JONICA

Surge en Asia menor, su ciudad central fue Mileto, antigua factoría minoica y punto de paso de las influencias culturales de oriente y occidente. Surge como consecuencia de la expansión griega. El fundador de ésta escuela es Tales de Mileto, primer filósofo, que fundó la ciencia del Cosmos estudiando a la Tierra en su totalidad y en sus partes, intentando representarla en mapas circulares.

Esta escuela consideró a la tierra plana y circular, como un disco flotando entre las aguas en posición fija y cubierta por la bóveda celeste móvil, el Sol, la Luna y los planetas giraban a su alrededor y el Sol realizaba su movimiento diario al salir por el este y ponerse por el oeste. Tales era noble y en su afán por saber recorrió todo el mundo conocido poniéndose en contacto con los sabios de cada lugar En Egipto conoció la geometría, la agricultura, el comportamiento del Nilo, el riego, etc.

Logró explicaciones de muchos fenómenos, por ejemplo, que los eclipses eran una interposición de la Luna entre la tierra y el Sol. Calculó la altura de las pirámides midiendo la sombra que ellas proyectaban.

El principio de nuestro sistema actual cartográfico se ha atribuido por todos a los griegos, que llegaron a una altura en la Antigüedad, no igualada después hasta entrado el siglo XVI. Los griegos admitieron la forma esférica de la Tierra, con sus polos, su ecuador y sus trópicos; introdujeron nuestro sistema de longitudes y latitudes, construyeron las primeras proyecciones y calcularon el tamaño de nuestro planeta. Según sus ideas, el río Océanos corría alrededor de la isla de la Tierra, que reunía las diversas masas terrestres, pero en cuya mitad septentrional no se conocía ninguna dependencia continental.

Los comienzos de los poemas de Homero, llegan hasta el período de florecimiento de la civilización micénica, (segunda mitad del segundo milenio a.C.) su continuación y corrección corresponde al siglo IX; encontramos su formación definitiva en el siglo VIII. Mientras que la Ilíada se reduce a una descripción de los países del mar Egeo, el asunto de la Odisea se refiere a comarcas mucho mas lejanas. En este poema se habla ya de Sicania (Sicilia), Temesa(en la Italia Meridional) y Egipto. Se desconoce que el mar Adriático sea como un golfo dilatado y el Mar Negro esté casi cerrado. Las peregrinaciones de la Odisea conducen desde el Mar de Oriente (Mar Negro) al Mar de Occidente (Mar Adriático), siguiendo el océano al Norte de la tierra. Tanto en la Ilíada como la Odisea aparecen alusiones constantes al marco en que se desarrolla la acción; el contorno geográfico de las luchas troyanas se evoca en el canto XVIII de la epopeya de Odiseo: se describe a la tierra como una inmensa isla sobre un río gigantesco -Océanos-, de ribera ilimitadas, cuyo centro ocupan el Mar Egeo y sus pequeñas islas, hallándose a la derecha de las costas jónicas y a la izquierda del territorio heleno. Semejante concepción del mundo tuvo también el autor del poema didáctico y moral «Los trabajos y los días», Hesiódo, continuando así la tradición homerica.

Geógrafos Jónicos

La mayor parte de la cartografía griega nos ha sido conocida por los escritos de Heródoto y de Estabón, en los que se da la noticia de los primeros geógrafos jónicos: Anaximandro de Mileto (611 a.C.), que hizo un mapa de «todo el ámbito de la tierra con todos los mares y todos los ríos» y Hecateo (hacia el 500 A.C.), de la misma ciudad, quien perfeccionó el mapa de su conciudadano y redacto una descripción sistemática del mundo, de la que se conservan pocos fragmentos y algunas anotaciones, aunque bastantes como para poder reconstruir un mapa con cierta aproximación. Hecateo consideraba a la Tierra como un disco, a cuyo alrededor estaban las aguas de los océanos.

El mundo conocido por los griegos del siglo V a.C. se extendía desde el río Indo al Océano Atlántico, con un conocimiento mas limitado de las regiones situadas al Norte y al Sur de esta faja; tenían una idea vaga del Mar Caspio, no obstante sus relaciones con el imperio persa.

Sería de mayor interés encontrar algún mapa de aquella época realizado en Persia; del Imperio tan bien organizado de Cambises y Darío, salieron con toda seguridad muy buenos mapas.

Los geógrafos del siglo V y principios del IV a.C. afirmaban que el Ecúmeno (mundo habitable) era de forma mas o menos oblonga, con el eje Este-Oeste de doble longitud del Norte-Sur, nuestros términos de longitud y latitud son reminiscencias de este concepto.

En los comienzos del siglo V a.C. , se introdujo una nueva idea: la esfericidad de la tierra, pero sin que se sepa quien fue el primero en exponerla; probablemente se debe a Pitágoras o Parménides. Esta idea no fue consecuencia de observaciones astronómicas tanto como de consideraciones filosóficas. La esfera es la mas perfecta de todas las forma; por lo tanto, la Tierra, Obra maestra de los dioses, debía ser una esfera. Estudios posteriores confirmaron esta hipótesis, hasta el punto que, hacia el año 350 a.C. , Aristóteles pudo formular los seis argumentos que demostraban que la Tierra era realmente esférica. Se conoció y midió exactamente la oblicuidad del eje de la Tierra: se establecieron los conceptos de ecuador, polos y trópicos y se dividió la superficie terrestre en zonas tórridas templadas y frías, igual que hoy se divide.

Es digna de todo elogio la fe que los antiguos griegos tenían en la Ciencia aceptando la teoría, en aquel tiempo tan contraria al sentido común, de la esfericidad de la Tierra.

Los intrépidos navegantes griegos aumentaron los conocimientos prácticos de la Geografía: muy interesante es el viaje de Piteas de Massilia (Marsella), que fue el primer griego que se sabe que llegara hasta las Islas Británicas. Allí oyó hablar de un país, a seis días al Norte, en el cual tres elementos fundamentales, agua, tierra y fuego, perdían su propia individualidad y se mezclaban entre sí, poética descripción de la brumosa y helada costa de Noruega. Pitéas llamó a este país Tule, y durante 1500 años figuró como la isla de Tule en casi todos los mapas del mundo.

La cartografía en la cuna del saber filosófico.

En Mileto, manantial de la filosofía europea y, como consecuencia, de la hipótesis cosmológica del pensamiento jónico, se produce un progreso notable en el ámbito de la Geografía, con peculiares resultados para el conocimiento cartográfico. Gracias a los historiadores de esta época, Herodóto y, después, Estrabón, tenemos noticias de los primeros mapas ecuménicos.

Egipto, Conocía las diferentes maneras de hallar la latitud, bien por la altura meridiana del Sol o bien por la distancia de las estrellas al Polo Boreal.

Tales creía que la Tierra era el resultado de una acumulación de materia cuyo origen estaba en el agua, fuente de todas las cosas, y sobre la cual permanecía en forma discoidal. Tales, aún manteniéndose dentro de las coordenadas del pensamiento cosmológico tradicional, rompe mediante sus audaces teorías sobre el origen y la configuración del Universo, con las explicaciones y concepciones míticas, y en gran medida, contribuye a sentar las bases de las futuras investigaciones científicas.

Discípulo de Tales fue Anaximandro (615-546 a.C.), posee el honor, según Eratóstenes,. de ser el primer cartógrafo jónico. Tenía una peculiar concepción de la estructura terrestre. Anaximandro pensaba que la forma de la Tierra era parecida a un cilindro, cuya altura valía un tercio de la anchura. En contra de lo que suponía Tales, Anaximandro sostenía que la Tierra no flotaba sobre el agua, sino que, debido a que se encontraba a igual distancia de los demás cuerpos, se mantenía sin soporte ni apoyo, en perfecto equilibrio en el espacio. Sus afirmaciones fueron seguidas y admitidas hasta la revolución de Copérnico.

También perteneciente a la escuela de Mileto, Hecateo, considerado el padre de la

Geografía, incluía en su tratado «Periplos» un mapa, que es el segundo de los conocimientos del mundo heleno. Este mismo historiador no ha relatado una significativa anécdota: hacia el año 500 a.C. Aristágoras de Mileto, que había hallado refugio en Esparta en el curso de la guerra greco-persa, indujo al rey lacedemonio Cleomenes a combatir al emperador medo. Apoyaba su pretensión mostrándole un «mapa de hierro«, con toda probabilidad el de Hecateo, en el cual se precisaban diáfanamente las tierras comprendidas entre las costas Jónicas y Cusa, la capital del imperio Persa.

La idea presocrática del mundo se completa con la visión de Herodoto (484-424 a.C.), infatigable viajero, a quien debemos muchos conocimientos de la antigüedad griega. Historiador y contradictor del pensamiento anterior, acumuló todos los datos geográficos que su inquieto espíritu pudo conocer. Su implacable posición crítica queda patente en sus relatos: «me río de ver que gran número de gentes ha dibujado antiguamente las cartas de la Tierra y ninguna de ellas ha tratado la cuestión de una manera inteligente, dado que presentaban el Océano como corriendo alrededor de la Tierra y atribuyen a Asía una grandeza igual a la de Europa«.

Pero a pesar de que amplió los límites del ecúmeno a nuevos espacios, Herodoto no logró superar el viejo sistema de los jónicos.

Herodoto estudió en sus viajes los países de la cuenca oriental del Mediterráneo: los lugares extremos que alcanzó fueron la baja Italia y Sicilia, Dodona, el quimérico Bósforo, Susa y Egipto hasta el Sur de Elefantina. Pudo corregir esencialmente las representaciones de los mapas; así dio a Europa una extensión mayor hacia el Norte y reconoció el Caspio como un mar cerrado, en contradicción de sus predecesores, que lo hacían un golfo de Océanos.

También llegó muy lejos al Oriente de Asia, hasta la patria de los Indos y no fue más allá detenido por el desierto. A pesar de su actitud crítica y su vasta cultura, no pudo reemplazar con otro nuevo el viejo sistema geográfico de los jonios.

En la época clásica griega, que culmina en el siglo V a.C., la Cartografía, en la línea de los grandes logros del pensamiento griego, alcanzó nuevas conquistas científicas, gracias, sobre todo, a un discípulo de Aristóteles, Dicearco (350-290 a.C.), autor de una célebre carta y creador de un simplificado sistema de coordenadas geográficas mediante el trazado de una línea directriz, equidistante del Sur y del Norte, divisoria de la superficie de la Tierra en una parte septentrional y una parte meridional, iguales aproximadamente. Esta línea, a la que Disearco llamó «diafragma» y que se alargaba de Oriente a Occidente, pasaba por Cádiz, Sicilia, Peloponeso y la isla de Rodas; y otra perpendicular, de Norte a Sur, cruzaba la Tierra a la altura de esta última. Ambas estaban divididas en «estadíos», y la dimensión de la circunferencia total terrestre se calcula en 300.000.

Eratotenes de Cirene: Por su condición de geógrafo, matemático, astrónomo, poeta y filósofo algunos de sus contemporáneos le dieron el nombre de «pentatlos» que se aplicaba a los atletas que vencían en las cinco luchas delos juegos olímpicos. Uno de los mapas más famosos de la época clásica fue trazado por el geógrafo griego Eratóstenes hacia el año 200 a.C. Representaba el mundo conocido desde Gran Bretaña, al noroeste, la desembocadura del río Ganges, al este, y hasta Libia (Africa) al sur. Este mapa fue el primero en el que aparecieron líneas paralelas transversales para señalar los puntos con la misma latitud. En el mapa también aparecían algunos meridianos, pero éstos tenían una separación irregular.

En el siglo III a.C., Eratóstenes de Cirene, bibliotecario de Alejandría en tiempo de Ptolomeo Evergetes, obtuvo la primera medida científica de la circunferencia terrestre, al comprobar en esa ciudad cómo el día del solsticio de verano no distaba del cenit más que la quincuagésima parte de la circunferencia del gran círculo de la esfera. Según la tradición, había un pozo en Siena (Asuan) a cuyo fondo sólo llegaban los rayos del sol del 20 al 22 de junio. Ello significaba que Siena estaba situada en el Trópico de Cáncer y como quiera que se conocía la distancia entre Siena y Alejandría, que era de 500 estadios, y en el supuesto de que esta última ciudad estuviera situada al norte de Siena, lo que hizo Eratóstenes fue medir el ángulo del sol al mediodía del 21 de junio, encontrándose que la inclinación de los rayos solares respecto de la vertical en Alejandría era una cincuentava parte del círculo (unos 7 grados aproximadamente), por tanto, un meridiano de la Tierra tendría que medir cincuenta veces más, es decir, 250.000 estadios. La compensación de sus errores le condujo a una precisión sorprendente; 250.000 estadios, es decir, 39.750 km para un valor real de 40.000 km.

.Los mapas jónicos.

Los mapas de los jonios eran circulares. Los descubrimientos de tiempos anteriores, especialmente los de los fenicios, parecen haber sido aprovechados escrupulosamente. Al lado de las navegaciones de Necao y Hannón, figura también el viaje de Africa del persa Sataspes, quien desde el Golfo Arábigo pretendió inútilmente realizar un viaje de circunnavegación en tomo al Africa: además el periplo de Seylax de Carianda, está el de Caspatyros, que bajando por el lndo hasta el mar, costeó el litoral del Mar Arábigo. Para la representación cartográfica del Norte, parece haberse tenido en cuenta la campaña de Darío contra los escitas y en el Noroeste, los viajes de los fenicios a las islas del estaño. Es probable que los mapa-mundi de los jonios tomaran a Delfos como punto céntrico. También fueron punto de investigación algunos problemas de Geografía Física, la distribución de la superficie de la Tierra en climas, sus condiciones de habitabilidad, las causas de las inundaciones del Nilo, la desigual extensión de tierras yaguas, y otros muchos.

Eratóstenes, el geógrafo de Cyrene, concibió como «una isla el mundo habitado -Europa, Asia y Africa- y anticipó la posibilidad de la ruta desde la Península Ibérica a las Indias, bordeando el continente africano, que luego seguiría Vasco de Gama.

Se desarrolla en la Magna Grecia donde Pitágoras fundó su escuela.

Su máxima contribución fue la teoría de la esfericidad de la Tierra. Su escuela fue fundada en el siglo VI a.C. (era de Samos y había emigrado por razones políticas). Había viajado mucho y de cada país obtuvo conocimientos especializados, por ejemplo la geometría en Egipto. Con sus discípulos propagaron la idea de la esfericidad de la Tierra porque pensaban que la esfera era la forma más perfecta, luego aplicaron el razonamiento para demostrarla, por ejemplo la sombra circular de los eclipses, las variaciones de la luz a la salida y puesta del Sol, la aparición de los barcos a medida que se acercaban la Horizonte. Aceptaron la existencia de la Luna, el Sol y los planetas que giraban alrededor de la Tierra que era el centro del Universo (idea tomada de los babilónicos).

Tenían una idea dualista del mundo: uno perfecto y eterno que era donde vivían los dioses y otro sujeto que era donde vivían los hombres.

Xenófanes de Colofón

Pertenece a la escuela Eleática que fue un desprendimiento de la escuela pitagórica. Había nacido en Asia Menor y viajó 30 años por Grecia. Afirmaba que el agua había cubierto la Tierra en otros tiempos y de ahí procedían los fósiles marinos hallados en lo alto de las montañas, la impronta de los fósiles se formó cuando la Tierra se precipitó en el agua, se hizo barro, se secó y comenzó un nuevo génesis.

Dividió al Universo y a la Tierra en zonas.

Parménides de Elea:

Modificó la teoría de Xenofas aplicando su división, dividió a la Tierra en cinco zonas térmicas. Reconociendo que solo las franjas templadas son las habitadas. Consideraban a la Tierra esférica pero situaba a los griegos en zonas privilegiadas que es la franja templada del Hemisferio norte porque la zona sur no podía ser habitada con gente cabeza abajo. La teoría de Parménides constituye la primera regionalización de la Tierra. Reconoce la doble latitud. El mundo conocido para los griegos estaba entre el Trópico de Cáncer y los 45° de Lat. Norte.

ESCUELA DE ATENAS

La descripción geográfica se enriqueció en el siglo IV a.C. con las noticias que traen las expediciones de Alejandro Magno que llevaba en sus ejércitos a naturalistas, cartógrafos, geodésicos, etc; y que se extiende desde Macedonia hasta la India abarcando Egipto. Estas conquistas las hizo Alejandro en menos de diez años, falleciendo en el 343 a.C. a los 33 años. Las conquistas de Alejandro producen el Helenismo y la urbanización porque crea nuevas ciudades. Este imperio no duró porque era extenso y los pueblos muy distintos y no tenía cohesión política. Todo el conocimiento geográfico se acumuló en Atenas a la espera de que alguien lo ordenara y elaborara una exposición sistemática de la geografía conocida.

Dentro de esta escuela está Platón que introduce la idea de un continente fabuloso, muy rico y que había sido tragado por el mar en un día y una noche: la Atlántida; a ese hundimiento se deben los bajos fondos del Atlántico, dando origen en la Edad Media a la denominación de Mar Tenebroso. Las Canarias serían parte de ella. Esta leyenda proviene de los egipcios de donde fue traída por Solón.

ESCUELA DE ALEJANDRIA

Las expediciones y conquistas de Alejandro Magno, que después de vencer a los persas, junto a las riberas del Gránico, y a Poro en las márgenes del Hydaspes (327 a.C.), al intentar alcanzar el Ganges, llegó hasta el lndo y lo rebasó, tuvieron como consecuencia inmediata un mejor y más extenso conocimiento de las regiones asiáticas, ya que en sus marchas fueron anotadas las jornadas y direcciones por oficiales del ejército. Alejandro, el legendario soñador de glorias, a la vuelta de sus conquistas, aclamando como vencedor en Egipto, decide fundar en el delta del Nilo la gran ciudad que había de llevar su nombre. Quiere emular la cultura helenística y superar la hegemonía e influencia ateniense.

En el marco cultural de esta urbe mediterránea, la ciencia de la Tierra, gracias a la acción de un sabio protegido por Ptolomeo va a cobrar nuevo impulso. Eratóstenes .

Hiparco de Nicea contribuyó eficazmente al estudio científico de la Tierra, y, por primera vez, utilizó las proyecciones de las cartas geográficas, las críticas que Hiparco hizo al mapa de Eratóstenes, fueron excesivas e injustas, y, aunque teóricamente su razonamiento era exacto, falló al tratar de llevarlo a la práctica, incurriendo en los mismos errores que había criticado, debido a idénticas causas: escasez de datos geográficos. El gran astrónomo tuvo que recurrir, a aceptar las descripciones mas o menos vagas, de los geógrafos anteriores. También aceptó las dimensiones de la Tierra calculada por Eratóstenes, pero dividió los círculos de la esfera en 360 divisiones de un grado, en lugar de 60 de 6 grados, como hacía el geógrafo de Alejandría.

Entre el momento alejandrino y Claudio Ptolomeo actúa de enlace Marino de Tiro, a quién el gran geógrafo calificó como el «último y mejor de los cartógrafos».

Tolomeo:

El apogeo de la cartografía griega está unido al nombre de Claudio Ptolomeo de Alejandría (90 a 168 a. C.). Muy poco se sabe de su persona, pero su obra ha tenido sobre la Cartografía y sobre la Geografía en general más trascendencia que ninguna otra. Fundamentalmente astrónomo y matemático, mostró escaso interés por los problemas prácticos y humanos de la Geografía. Su famosa Geographia se compone de ocho volúmenes, el primero de los cuales está dedicado más que nada a principios teóricos, con un tratado sobre construcción de globos y la técnica de proyección de mapas. Los libros 1 a VII contienen una relación de unos 8.000 nombres de lugares con latitudes y longitudes para determinar su posición. Muy poca de estas situaciones estaba calculada por observaciones o deducidas científicamente: coordenadas habían sido, desde luego, tomadas de mapas anteriores. El volumen más importante es el VIII, que contiene el estudio sobre los principios de la Cartografía, de la Geografía matemática, de las proyecciones y de los métodos de observación astronómica. También contiene instrucciones detalladas sobre la manera de construir un mapa-mundi. Describe dos proyecciones, modificaciones ambas de la proyección cónica. El texto de la Geographia de Ptolomeo iba acompañado, en la mayor parte de los manuscritos, de un mapa-mundi y de 26 mapas detallados. No se sabe si los preparó el mismo Ptolomeo, pero en su forma original proceden de los tiempos clásicos y constituyen el primer atlas universal. El mapa de Ptolomeo que conocemos actualmente, es la obra de los bizantinos del siglo XI, según Bagrow.

Para Tolomeo los grados de latitud y longitud están inclinados por una escala en uno de los lados y el sistema de climas en el otro. Los climas son paralelos que dan la duración creciente del día más largo a contar desde el ecuador (12 horas), hasta el círculo polar ártico (42 horas). El mundo conocido por Ptolomeo abarca 180° de longitud desde un meridiano inicial (0°) que pasaba por las islas Afortunadas hasta China.

El mapa está orientado al Norte, y en él están indicados el ecuador y los trópicos, estando representada la latitud de los trópicos por 23°51 ‘ .

Para nosotros, acostumbrados a mapas exactamente levantados y calculados, podrá parecemos un tanto tosca la obra de Ptolomeo, pero si se consideran las dificultades y las limitaciones de los viajes en la Antigüedad no podemos por menos de admirar el genio de los griegos. El mapa de Ptolomeo presenta sus mayores errores en las partes oriental y meridional: por ejemplo, la península de Decán está reducida casi hasta desaparecer, mientras que Ceilán presenta un tamaño mucho mayor del real: la forma de Africa ofrece una gran particularidad; hasta el ecuador, desde la parte Norte, es bastante exacta, pero a partir de esta línea, en vez de ir contrayéndose hasta un punto se ensancha a uno y otro lado; hacia el Oeste termina bruscamente el mapa, pero hacia el Este Africa se une con Asia, figurando así el océano Indico como un gran lago cerrado. No se sabe a qué atribuir esta errónea representación. Muy probablemente esta idea equivocada contribuyó en gran parte al retraso en el intento de llegar al Asia bordeando las costas de Africa.

Pero el error más importante de Ptolomeo fue el de haber apreciado muy por bajo el valor de las dimensiones de la Tierra, error que reforzó la creencia de Colón de que podría llegar a Asia navegando hacia el Oeste. Admitiendo la equivalencia de Posidonio

(l0=500 estadios), y aplicándola a las medidas de distancia de que disponía, dedujo, como hemos visto, que Europa y Asia se extendían sobre la mitad de toda la longitud terrestre, cuando en realidad sólo cubren unos 130°. Del mismo modo, la longitud del Mediterráneo aparece como de 62°, siendo en realidad solo de 42°. Aunque los geógrafos árabes y los cartógrafos marinos del siglo XIII corrigieron esta deformación, continuo figurando en la cartografía europea hasta 1700.

Ptolomeo marca el punto culminante de la cartografía del mundo antiguo; le sigue una época de decadencia continua. Aún cuando Geographia siguió estudiándose y aplicándose en el mundo árabe, desapareció de Europa Occidental y no se volvió a hacer uso de ella hasta el siglo XV. Resultado de ello fue que la civilización latinogermánica de la Edad Media se vio obligada a depender en sus conocimientos geográficos de una fuente inferior, la tradición de la cartografía romana.

javier bernal

javierber79[arroba]hotmail.com

Monografías

Enlace interesante.

Aristóteles

Teoría geocéntrica.

7 respuestas

  1. […] Sigan el resto, los interesados, aquí. […]

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  2. Jon, me ha gustado tu relato. Detallista,

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  3. Detallista, cuidadoso, en suma minucioso.
    Un saludo

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  4. Gracias Actor.
    Rebre el teu Vist i Plau es el millor obsequi.

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  5. Jonkepa,
    ostres! m’has recordat el que vaig estudiar al Batxillerat…escolta genial el que has fet, he estat a Grècia la setmana passada (si mireu al meu blog http://platxeria.blogspot.com veureu el reportatge..) i m’hagués anat de perles llegir el teu post abans..de tota manera me’l guardo i el rellegiré.
    Ets un pou de saviesa, gràcies de nou
    Trina

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  6. T’he deixat un comentari en el teu blog.

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  7. Gracias de gran ayuda!

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