El castigo, en Antena 3

Masía de Can Gener– PERE DURAN

El castigo es el título de una mini serie (2 capítulos) que emitirá Antena 3 los próximos lunes 15 y martes 16 del presente a eso de las 22:00 horas , más o menos, según llevan anunciando desde hace unos días. Dicen que está basada en hechos reales y es cierto; este es el relato de dichos hechos sacados de la prensa de esos días.

Una masía aislada de Sant Llorenç de la Muga (Girona) era el estremecedor último recurso para «reformar» a adolescentes con problemas de conducta, hijos de adineradas familias de Suiza.

Los métodos reeducativos, según se desprende de la investigación de los Mossos d’Esquadra, incluían golpes, hambrunas o el encierro durante horas en jaulas de jabalíes. Un mes y medio en este régimen dickensiano costaba a las familias unos 4.000 euros. El viernes fueron detenidos tres extranjeros, que han quedado en libertad con cargos después de declarar ante el juez.

Los tres detenidos en la operación -el matrimonio formado por el súbdito suizo Armin Markus Schlegel, de 44 años, y Lorena Elizabeth B., francesa de 30 años; y el italiano Raymond N., de 60 años- están acusados de diversos delitos de detención ilegal y violencia física y psíquica en el ámbito del hogar. La reciente fuga de cuatro de los cinco internos, el domingo 26 de marzo, ha destapado el peculiar reformatorio clandestino, ubicado en la vieja masía de Can Gener, en un paraje boscoso y de difícil acceso cercano al pantano de Boadella.

Tres de los cuatro menores huidos consiguieron regresar a Suiza por sus propios medios, mientras que el cuarto fue localizado el pasado viernes en la estación de Renfe de Figueres. A partir de sus declaraciones, la policía llegó hasta el centro, donde pudo hallar las supuestas jaulas de castigo y comprobar las pésimas condiciones de salubridad en que mantenían a los menores. También allí pudo localizar e interrogar al único menor que quedaba en la masía. Los dos chicos ingresaron temporalmente en centros de acogida de la Generalitat. Uno de ellos fue recogido por sus padres y otro viajará próximamente a su país con una asistente social del Gobierno suizo.

La disciplina era la piedra angular de los métodos de reforma de los adolescentes, de edades comprendidas entre los 14 y los 17 años. «Si no cumplían con sus obligaciones o se peleaban entre ellos eran encerrados en las jaulas para animales o en diminutas estancias. Aunque también podían castigarles dándoles como única comida leche con muesli», explica el inspector Toni Verger. La policía autonómica advierte de que el informe médico de uno de los dos menores que han sido reconocidos indica que tenía erosiones y hematomas producto de las agresiones físicas.

La delegada de la Generalitat en Girona, Pia Bosch, asegura que el centro no disponía de ningún tipo de licencia, ni pública ni privada, y que en el registro no se halló documentación alguna sobre los menores ingresados. Los investigadores sospechan que los responsables del centro pudieron hacer desaparecer toda la documentación comprometedora en los cinco días que transcurrieron desde la fuga hasta la inspección policial.

Por el centro podrían haber pasado centenares de niños. La policía calcula que funciona desde hace unos dos años, ofreciendo estancias cortas que oscilarían entre uno y tres meses. Todos los adolescentes procedían de Suiza. Se trataba de menores conflictivos, con problemas de adaptación social, y algunos ya habían pasado por centros educativos especiales de su país. Según los Mossos, el centro catalán tenía el encargo de «reeducarlos» y sospechan que los padres estaban al corriente de los métodos utilizados en la granja, puesto que los menores no tenían prohibido el contacto telefónico con sus progenitores. No obstante, los padres que recogieron al menor que destapó el caso declararon a los Mossos que no conocían el centro ni sus condiciones.

En los terrenos colindantes a la masía, entre mucha chatarra y suciedad, hay más de una docena de viejas caravanas repintadas de verde que pueden cerrarse con candados exteriores. Algunas tienen estufas de leña en su interior. Son las supuestas viviendas de los menores, que, según los Mossos, no tienen las mínimas condiciones de habitabilidad exigibles.

Según la policía, no existía una red organizada para publicitar el centro, sino que los menores llegaban a través de contactos personales directos o recomendaciones de otros padres. A pesar de que actualmente sólo había cinco menores en el centro, el paraje tiene 16 caravanas preparadas para ser usadas como vivienda.

Gerard Bagué en El País.

Los responsables del reformatorio ilegal de Girona se defienden

GIRONA.- Los responsables del centro de Sant Llorenc de la Muga, supuestamente utilizado como reformatorio clandestino para menores problemáticos de nacionalidad Suiza, negaron ayer que los internos recibieran malos tratos y aseguraron que todo es el resultado de la imaginación del menor que les denunció. Los tres responsables del internado, Lorena Elizabeth B., italiana de 30 años, y su pareja, Armix Markus S., de 44 y de nacionalidad suiza, y el francés Raymond N., de 60 años, fueron detenidos el pasado viernes y, según los Mossos d’Esquadra, reconocieron haber encerrado a los menores, de entre 14 a 17 años, en jaulas para jabalíes o haberles privado de la comida si se portaban mal, pero negaron haberles golpeado.

Los tres quedaron en libertad bajo los cargos de detención ilegal y violencia física y psíquica tras declarar ante el juez de guardia de Figueres y después de que hubieran sido arrestados por los Mossos d’Esquadra.

«Lorenzo, el chico que se fugó y fue hallado en Figueres, era muy problemático y hacía sólo un par de semanas que estaba en el centro. Fue él mismo quien un día para reírse se metió dentro de una jaula para zorros y luego debe haber aprovechado este hecho para imaginar el resto», manifestó hoy Raymond N., uno de los cuidadores del centro, que no quiso dar más detalles después que su abogada les haya recomendado que no hablen más del tema.

«Es la primera vez que me ponen esposas y que me llevan a prisión.Incluso se llegó a decir que maltrataba a mi perra, pero yo soy pastor, nunca le haría daño. ¿Cómo alguien puede llegar a pensar esto? ya se lo dije al juez», lamentó Raymond N., que hacía dos años que había llegado al centro «para cambiar de aires y ayudar con los chicos».

«Nunca había habido ningún problema. Yo acompañaba siempre a los chicos al pueblo y ellos podían ir libremente a tomar algo en los locales. En la casa tenían una habitación con televisión, no estaban aislados», comentó Raymond, sin comprender cómo se ha podido magnificar una cosa así, y se mostró preocupado por estar en libertad condicional «sin que haya hecho nada».

Los cinco menores suizos encerrados en la masía de Sant Llorenc de la Muga están ya en su país de origen, después de que esta mañana llegara a Suiza el último de ellos, según explicaron fuentes del Departamento Federal suizo de Asuntos Exteriores (DFAE).