Apenas faltan unas cuantas horas para que George W. Bush abandone su puesto de trabajo como presidente de los Estados Unidos de América. Un hecho para la Historia que será celebrado por buena parte de la población mundial gracias a la agencia Shackleton y su iniciativa “Bush bye bye party”.
Para muchos, empezando por millones de norteamericanos y acabando por legiones de iraquíes, George W. Bush ha sido una especie de plaga, una maldición bíblica capaz de asolar países enteros, empezando por el suyo, sin despeinarse ni perder la sonrisa. Una actitud que hoy, ocho años después de asumir sus atribuciones como presidente, llega a su fin con el comprensible alivio de buena parte de la población mundial.
Un hecho que invita a la celebración, la algarabía y que, gracias a la agencia Shackleton y su página Bush bye bye party, se va a convertir en un evento a escala mundial.
Desde hace unas semanas, los responsables de la agencia madrileña pusieron en marcha un sitio en internet en el que invitaban a todo el mundo a celebrar la despedida a Bush Jr. Cualquiera podía hacerlo. Desde una pareja que celebrase el acontecimiento a puerta cerrada en la intimidad de su hogar, hasta un grupo de amigos que organizasen una fiesta privada, sin olvidar la macrofiesta abierta al público en un gran recinto ni la fiesta virtual a través de la web.
Para ponerlo aún más fácil, en la web estaban disponibles para descargar de manera gratuita invitaciones, carteles, gorros de fiesta, serpentinas, guirnaldas, diseños para imprimir en camisetas con las mejores frases del propio y hasta juegos para animar la velada como “Twister, el juego que enreda el mundo” que, en lugar de puntos de colores, invita a pisar y poner las manos sobre las siluetas de diferentes países.
Hasta el momento ya hay dadas de alta más de mil fiestas repartidas por todo el orbe pero, como el mundo no se acaba mañana (eso esperamos), los organizadores también han pensado en qué será de Bush en el futuro y, además de buscarle unas cuantas ofertas laborales, han decidido regalarle un reloj con su rostro impreso en la esfera y la leyenda “Nunca te olvidaremos” en la correa. Un regalo sufragado por Shackleton, que también puede ser adquirido por aquellos que deseen portar el mismo reloj que el ex presidente con tan solo pinchar en este enlace.
Y si quieres echarle unos zapatazos, pásate por aquí.
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