Centran la búsqueda de Marta en una zona ‘marcada’ por los perros en Coria

marta-del-castillo-casanuevaSubamarinistas de las GEAS volverán a repetir sus inmersiones bajo la pasarela de Camas · Trece nuevos perros se unen a las labores de rastreo en las márgenes del río.

Buzos de la Guardia Civil centran sus trabajos de inmersión para la localización del cadáver de Marta del Castillo, la joven de 17 años fallecida el pasado 24 de enero, en una zona del río Guadalquivir a su paso por Coria del Río que este jueves marcó un perro de la Benemérita en un rastreo a última hora de la tarde.

Según informaron a fuentes de la Benemérita, desde las 10:00 horas de este viernes los submarinistas del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) del Instituto Armado están repitiendo sus inmersiones bajo la pasarela de Camas, desde donde Miguel C.D. confesó que fue arrojado el cuerpo de la menor, y en el citado paraje de Coria, conocido como Santa Eufemia.

Así, apuntaron que esta zona fue marcada por uno de los perros de la Guardia Civil que está rastreando las márgenes del río, por lo que han decidido repetir allí las maniobras específicas que ya desarrollan desde ayer en Camas. Se trata de un sistema de búsqueda mediante cabos lastrados que van dividiendo el cauce en calles de forma que «no quede ni un sitio sin buscar».

El operativo cuenta con efectivos del Grupo Especial de Operaciones (GEO) y los Grupos Operativos Especiales de Seguridad (GOES) y un helicóptero del Cuerpo Nacional de Policía; buzos del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS), embarcaciones del Servicio Marítimo y otro helicóptero de la Guardia Civil; y efectivos de la Unidad Adscrita de la Policía Nacional de la Junta de Andalucía, de la Unidad Militar de Emergencias (UME), de Bomberos, de Protección Civil y personal de la Autoridad Portuaria.

Con una superficie de búsqueda de aproximadamente 80 kilómetros del cauce del Guadalquivir, el dispositivo incorporó a mediados de semana a sus filas un vehículo de altura y una unidad de caballería de la Policía Nacional, además de reestructurar la organización pasando de siete a nueve subzonas.

De igual modo, se unieron 13 perros a las labores de rastreo coordinadas por el comisario jefe de la Brigada de la Policía Judicial de Sevilla, Manuel Piedrabuena. En concreto, se trata de nueve canes de la Guardia Civil especializados en la búsqueda de personas y cuerpos y cuatro ejemplares del Cuerpo Nacional de Policía. Los primeros trabajarán en las orillas y márgenes del río Guadalquivir y los canes de la Policía Nacional trabajarán desde zonas más alejadas al cauce fluvial.

En cuanto a la organización de la búsqueda, se divide en cuatro tramos del río divididos en seis subtramos y una gran y última zona desde la estación de bombeo del mármol hasta la desembocadura del río Guadalquivir en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz). Esta última zona se ha partido en dos subzonas y son nueve los espacios delimitados a la hora de estructuras las labores de rastreo.

Fuente: Diario de Sevilla

Una respuesta

  1. Hay pruebas evidentes de que los cuatro detenidos participaron en la desaparición
    R. S.. 20.02.2009

    * A Miguel lo inculpa unos restos de sangre encontrados en su chaqueta.
    * Las llamadas teléfonicas y las declaraciones inculpan a Samuel y Cuco.
    * Que el piso estuviera limpio es la prueba de que Francisco Javier también estuvo allí.

    La Policía ha explicado cómo sucedieron los hechos la fatídica noche del día 24 de enero cuando desapareció la joven sevillana Marta del Castillo. Ese día, a las 17 horas, Miguel salió del domicilio en el que vivía en Camas, acicalándose más de lo normal (incluso se puso las lentillas azules con las que cambiaba el color de sus ojos), porque había quedado con Marta. Se dirige a la barriada de Tartesos, donde se ve con algunos conocidos al haber llegado antes de la hora prevista para la cita, y allí recoge, a las 18 horas, a la joven de 17 años.
    Montados en la motocicleta del joven, ambos visitan varias zonas de la ciudad, pero la última que ambos se ponen en contacto con otras personas es a las 17 horas desde los bajos del puente de Triana. Desde este punto se dirigen al domicilio familiar de Miguel, en León XIII, donde, tras una charla que genera en discusión, el presunto homicida golpea a la joven, que se desploma inconsciente en el suelo, aunque hasta que no se descubra el cadáver no podrá determinarse si ya estaba muerta.

    Miguel asegura a la Policía que, desorientado y nervioso, llama desde una cabina situada enfrente de su domicilio en León XIII a sus amigos Samuel, también detenido, y Cuco (Javier), el menor de 15 años que se encuentra internado en un centro de menores.

    Ambos amigos se desplazan hasta la casa en el coche de un familiar del menor, un Volkswagen Polo de color blanco. En ese momento es cuando los tres amigos y Francisco Javier, hermano mayor de Miguel, de 40 años, coinciden en el domicilio de León XIII. Deciden deshacerse del cuerpo y Miguel lo envuelve en una manta antes de bajarlo al coche en el que habían llegado sus amigos.
    Con el cuerpo en la parte trasera del coche, en el que también viajan Samuel y Cuco, el grupo se dirige al antiguo puente de Camas, con Miguel siguiendo al vehículo en una motocicleta. Allí, y es algo en lo que coinciden los tres acusados, lanzan el cuerpo al Guadalquivir. Miguel, entonces, se marcha a la vivienda que habita en Camas, a la que llega sobre las 22,50 horas, y sus dos amigos regresan a Sevilla.

    Desde el primer momento, la Policía mantiene una vigilancia las 24 horas sobre los principales sospechosos y empieza a trabajar en los posibles escenarios de la desaparición tratando de recopilar pruebas. Cuando registran la vivienda donde Miguel vivía en Camas descubren restos de sangre en la chaqueta que el joven había utilizado aquella noche. Unos restos que deja el arma homicida, supuestamente un cenicero, cuando el joven lo esconde para tratar de deshacerse de él.

    A partir de ahí, con pruebas evidentes de la participación de los acusados en la desaparición, es cuando empiezan a producirse las detenciones. La primera es la de Miguel, a las 13 horas del viernes 13. Le sigue la de Samuel, a las 00.30 de la madrugada del sábado 14. Un día después, a las 13,30 del 15 de febrero es Cuco el que ingresa en los calabozos de la Jefatura Superior de Policía. Y el lunes 16, le llega el turno a Francisco Javier, hermano de Miguel.

    La Policía asegura tener pruebas evidentes para inculpar a todos los detenidos. A Miguel lo inculpa la sangre de Marta encontrada en su chaqueta. A Samuel y Cuco las llamadas que se produjeron entre todos ellos los días siguientes a la desaparición, la reconstrucción de los hechos y las declaraciones realizadas ante los agentes policiales. Y a Francisco Javier que, ya que Miguel asegura que tras deshacerse del cuerpo se marchó a su domicilio de Camas, la casa donde se produjeron los hechos estuviera limpia cuando aquella misma noche llegaron los padres de Marta a buscarla.

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