Emigración española al Caribe. Período contemporáneo

emigraNuestro conocimiento del proceso migratorio contemporáneo ha mejorado en los últimos años enriquecido con estudios monográficos sobre aquellas comunidades de mayor tradición migratoria y con el empleo de nuevas fuentes y herramientas analíticas. Además, a las aportaciones sobre las regiones de emisión se han sumado textos específicos sobre determinados colectivos del otro lado del Atlántico, seleccionados en filiación de la cuantía del flujo migratorio o por su elevada relevancia analítica, como es el caso de la migración española al Caribe. No obstante, algunas cuestiones carecen aún de una adecuada respuesta.

La primera etapa emigratoria:
En primer lugar, el número de emigrantes. 1860 señala el inicio de la emigración masiva española. Esto es cierto, como que el momento de mayor intensidad de la diáspora no se alcanza sino en el primer decenio del siglo xx. Pero el concepto de emigración masiva se presentó en algunas comunidades antes de 1860, de modo que la primera etapa emigratoria contemporánea transcurre entre 1830 y 1860 aproximadamente. Esta primera etapa reviste mayor importancia si consideramos que buena parte de sus contingentes migratorios se reclutaron en las regiones de mayor tradición migratoria Canarias, Galicia, fachada cantábrica, Cataluña y su principal destino fueron las Antillas, de modo que las guerras coloniales y posterior emancipación no debieron afectar seriamente a esta corriente emigratoria. Se podría incluso sostener la existencia de una cierta continuidad entre el flujo emigratorio del siglo XVIII y éste del xx, interrumpido no tanto por las guerras de emancipación como por la guerra contra el frances En segundo lugar, poco sabemos acerca de la emigración ilegal y quizás sea el contingente isleño, el más influenciado por las salidas clandestinas, el mejor ejemplo de su alcance. La emancipación colonial detuvo la diáspora, pero, una vez resuelta, ni las restricciones a la libertad emigratoria, ni las contiendas civiles que ensangretaron la inmediata génesis de algunas repúblicas, impidieron una creciente emigración en dirección a Uruguay y Venezuela principalmente (E. Guerrero Balfagón, 1960; N. Martínez Díaz 1978, 1984), cuyo punto de partida fue la década de 1830 y que entre este año y 1860 absorbió casi la totalidad del saldo vegetativo anual de la población canaria (A. M. Macías Hernández, 1988: 171-175). La emigración ilegal también afectó a la población de Galicia y de la cornisa cantábrica a partir de 1830-1840 (S. Fernández Arlaud, 1973; G. Ojeda y San Miguel, 1985: 38-42; M. Vaquerizo-Gil, 1979; M. P . Pildain Salazar, 1984: 79-81; E. Fernández de Pinedo, 1988).

La segunda etapa emigratoria:
goleta5La segunda fase emigratoria contemporánea se inicia en 1860 y alcanzó su mayor guarismo en la primera década del siglo xx, con la incorporación de nuevas regiones a la diáspora y el desvío de la corriente argelina hacia América. Los prof. César Yañez y Blanca Sánchez han realizado valiosos esfuerzos por cuantificar el éxodo, intentando resolver si el problema de la menor y tardía presencia hispana en la migración de la Europa del Sur obedecía esencialmente a la infravaloración del contingente emigratorio en las estadísticas migratorias españolas, tal como había apuntado en su momento J. Nadal. Pero los esfiuerzos de ambos autores, si bien valiosos, siguen sin resolver el citado problema de manera satisfactoria, pues se requiere contrastar sus resultados con los apontados por un cálculo más riguroso de la migración neta a partir del método de los balances. Un diálogo entre el estudio de las migraciones y el demógrafo que todavía no ha concluido, esencialmente por las dificultades de nuestra documentación demográfica. En cuanto al perfil de los emigrantes, parece fuera de toda duda que los emigrantes eran en su mayoría varones solteros en edades muy tempranas. Pero no estamos en condiciones de poder afirmar que esta elevada proporción de jóvenes varones solteros defina todo el contingente emigratorio contemporáneo. La emigración familiar presentó particular importancia en el flujo emigratorio isleño del período 1830-1860 (A. M. Macías Hernández, 1988: 175-176) e igual fenómeno ha sido apuntado incluso para la tardía corriente migratoria castellano-leonesa (R. Robledo Hernández, 1988: 242-43); las políticas inmigratorias -caso de Cuba, Brasil o Venezuela- también actuaron en favor de una inmigración familiar subvencionada (F. Iglesias García, 1988: 283; J. SouzaMartins, 1988: 259; A. M. Macías Hernández, 1988: 176; J. Hernández García, 1981). Sin embargo, considerando la cronología de esta emigración familiar, fuertemente asociada a los años de mayor intensidad de la corriente emigratoria, parece más apropiado seguir sosteniendo el carácter masculino e individual como perfil secular del colectivo emigratorio contemporáneo. Esta tesis queda clara al menos en el caso de la emigración canaria; la diáspora familiar, asociada no obstante a otra individual y masculina, remitió luego de 1850 y prácticamente desapareció cuando el flujo migratorio adquirió su forma estacional y temporera. La segunda características de este flujo emigratorio es su componente estacional, muy acusado en el caso de la emigración isleña a Cuba, lo que permitiría avalar la participación de la migración ultramarina española en la articulación de un mercado de trabajo de dimensiones atlánticas, las economias domésticas adoptaban la decisión de emigrar de una parte de sus miembros teniendo en cuenta las circunstancias del mercado de trabajo en origen y destino, vertebrando la demanda estacional de mano de obra en ambos lados del atlántico. Si embargo, no parece que esta explicación sea totalmente satisfactoria. La estacionalidad del flujo emigratorio pudo obedecer a factores ajenos a esa meditada y óptima decisión de emigrar. El hecho de que la mayoría de los emigrantes abandonaran el país emisor en determinados meses es propio de un contingente emigratorio como el español, reclutado en el mundo agrario, sobre todo en los momentos de mayor diáspora; la decisión de emigrar de los pequeños propietarios se pospondría hasta la liquidación de su corto matrimonios optimizando sus ingresos hasta ese momento, o hasta las fechas de paro agrícola en el caso de los jornaleros; llegados a los paises receptores y dada la baja cualificación profesional de ambos colectivos, se ocuparían en las faenas agrícolas, optando por el regreso cuando no encuentran trabajo en los meses de paro estacional. En segundo lugar, se duda de que los salarios agrícolas en el país receptor sean lo suficientemente elevados como para generar un sustancial ahorro -motivador de esta decisión de emigrar-, descontados los gastos de transporte -cuyos elevados precios persistieron, a pesar del vapor- y manutención (V. Villanueva, 1984: 274). La duda parece más razonable si consideramos el nivel de sobreexplotación a que se vio sometida, según diversos testimonios, la mano de obra inmigrante asalariada en el latifundio y plantación de sus países receptores (W. 1976; H. Sabato, 1985; F. Iglesias García, 1988; J. Souza-Martins, 1985, 1988; C. Zubillaga, 1988). Y, sin duda, la solución a este problema es doble: por una parte, examinar la diferencial existente en el comportamiento estacional de salarios agrícolas entre países receptores y emisores y los costes totales de la migración, y, por otra, las posibilidades reales de hallar empleo en el país emisor en los momentos de paro estacional en el agro, aspecto éste tan importante como el primero. Los temporeros y la mayor parte del contingente emigratorio de esta hora se reclutaba en el mundo rural. ¿Fue siempre éste el origen del colectivo migratorio? Parece ser que la crisis de la economia colonial y la industrialización generó la emigración entre el colectivo asociado a esta actividad mercantil en los puertos del litoral catalán y entre el artesanado (C. Yañez Gallardo, 1988: 130-140); ambos factores y, sobre todo, el segundo, influyeron en la emigración del artesanado gallego (X. García-Lombardero y X. Carmona Badían 1988: 80-98), faltando por precisarse la sugerencia acerca del artesanado castellano (R. Robledo Hernández, 1988: 239); los artesanos vascos emigraron en la primera década del XX como consecuencia de la definitiva ruina de las ferrerías tradicionales (E. Fernández de Pinedo, 1988: 119-120), proceso ya anunciado en la década de 1880 (R. Robledo Hernández, 1988: 227) y cuya génesis se remonta a este período (E. Fernández de Pinedo, 1984: 313-314). Por último, entre 1850 y 1900, la industrialización trajo consigo un cambio en la geografia industrial y el hundimiento del artesanado, de manera especial en las industrias textiles (J. Nadal, 1987: 23-61). ¿Se podría aventurar entonces la hipótesis de que nos hallamos ante un primer perfil migratorio, caracterizado por una elevada proporción de emigrantes con una cualificación relativamente alta, considerando, en primer término, que el éxodo de braceros y campesinos seria limitado, consecuencia de la estrategia agraria expansiva hilos, escasean las investigaciones al respecto y el proceso modernizador presentó una desigual intensidad espacial y cronológica, de modo que el modelo agrario expuesto o la ruina del artesanado no afectó de manera homogénea a toda la economia del país; hubo regiones, como Canarias, que conocieron una fuerte corriente emigratoria, integrada en su totalidad por jornaleros y campesinos, aunque este contrapunto vale muy poco, por cuanto la terratenencia isleña apostó por el librecambio y la reasignación de los factores productivos, al tiempo que el país careció desde siempre de una manufactura a la que pudiera otorgársele «sensu estricto» el nombre de protoindustria. Ahora bien, entendemos que la formulación de esta hipótesis es necesaria porque, en el supuesto de confirmarse) aislaríamos este perfil migratorio del que ocurre durante la etapa definida de emigración masiva, caracterizado por una mayor proporción de campesinos de baja o nula cualificación, superior al 50 por ciento, constatada incluso en las estadísticas de sus principales países receptores (R. Robledo Hernández, 1988: 223). Aunque el matiz siempre existe y, esta vez, motivado por la elevada proporción de artesanos vascos emigrantes en la primera década del XX, en contraste con el nivel socioprofesional del resto del contingente emigratorio (E. Fernández de Pinedo, 1988: 120).

La tercera etapa emigratoria:
Finalmente, la tercera etapa emigratoria contemporanea en dirección al Caribe se inicia con la diáspora republicana y alcanza su verdadero guarismo a partir de los años finales de la década de 1940. Pero quienes respondieron a la atracción caribeña, fundamentalmente de Cuba, fueron gallegos y canarios y, en menor medida, emigrantes de otras regiones. Se trataba fundamentalmente de una emigración masculina de origen agrario, contanto en una primera fase de un mayor nivel de cualificación socioprofesional. Pero lo importante es que este nuevo destino de la migración hispana, referido únicamente a las citadas regiones, mientras la movilidad de la población del resto del país se orientaba hacia sus centros urbanos e industriales o bien hacia Europa, revela una vez más la importancia de una corriente emigratoria cimentada en la constancia de las cadenas migratorias. Este tema nos lleva a considerar brevemente algunas sugerencias sobre la causalidad del movimiento migratorio contemporáneo.

La causalidad migratoria contemporánea:
carlotaEn un texto reciente, B. Sánchez Alonso ofrece una síntesis de la causalidad migratoria hispana del período contemporáneo, tanto general como a nivel regional, especialmente para los años 1880-1920. Al referirse a la diversidad regional, la autora sintetiza las diversas causas de la emigración, adelantadas por otros autores, a saber: crecimiento elevado de la población, agricultura atrasada, predominio de la pequeña propiedad, sistema hereditario desigual, tasas de alfabetización no demasiado bajas para poder acceder a la información, bajos niveles salariales, escaso desarrollo urbano o industrial y, por último, tradición migratoria. Examina luego esta causalidad a la luz de las discutibles variables económicas y poblacionales disponibles cuestión que se revela sobre todo en algunas de estas variables, como veremos de inmediato , confirma la causalidad ya apuntada sin esfuerzo econométrico alguno, y concluye, por último, sosteniendo lo que considero como su principal aporte al problema de la causalidad migratoria contemporánea: el destacado papel del acceso a la información, que se convierte así en un elemento esencial para determinar el destino del flujo migratorio y su intensidad. Y, en efecto, no cabe duda alguna acerca de la importancia de la información sobre las oportunidades económicas de la otra orilla, transrnitidas, según la autora, por la correspondencia y por las cadenas migratorias, familiares y amigos, y por los retornados, es decir, por los indianos de leontina y centenes y luises de oro, que tanto deslumbraron a nuestros abuelos. Pero opinamos que el acceso a la información y su bajo coste, no dependen únicamente del grado de alfabetización del colectivo potencial de emigrantes. Porque todos los testimonios disponibles revelan, sin la menor contrariedad, el bajo nivel de alfabetización, por no decir nulo, del colectivo emigrante hispano, sobre todo del que concurrió a la tercera oleada emigratoria, frente al mayor grado de alfabetización de otros colectivos, siendo además este bajo nivel de información una de las razones que explican el precario éxito del inmigrante hispano en los países de la América independendiente. Esto significa que el bajo coste de acceso a la información por parte del colectivo migratorio, que es lo que en realidad, importa, y no tanto su nivel de alfabetización, depende del grado de adecuación de su fuerza de trabajo, en términos de cantidad y calidad, a la demanda de activos que requiere la economía del país receptor. Y la conexión de esta demanda con su correspondiente oferta fue realizada por una selecta minoría de agentes económicos, que es la que, en resumen, transmite la información sobre las oportunidades económicas del país receptor y mueve los sutiles engranajes de la cadena migratoria, compuesta por diversos mecanismos y no sólo por relaciones de vecindad, parentesco y solidaridad campesina. Y, en el caso isleño, conocemos con cierto detalle los miembros de esta selecta minoría. Se trataba, en primer lugar, de pequeños propietarios rurales y artesanos que habían emigrado con cierta fortuna y capital durante la primera fase emigratoria, y creado un patrimonio en la otra orilla cuya gestión y expansión requería el sostenido aporte de mano de obra libre asalariada. Así, entre los contratos de trabajo de los colonos isleños a Cuba de mediados del xix, abundan los paisanos de este lado, estancieros, vendedores de frutos del país, artesanos ligados a la construcción, bodegueros; y lo mismo ocurre en la reciente emigración canaria a Venezuela. Otras regiones migratorias-Galicia, Asturias, País Vasco, Cataluña-aportan ejemplos del papel desempeñado por esta minoría. Ahora bien, junto a ella, desempeñando incluso un papel más activo, debemos situar a la terratenencia americana y a sus enganchadores, reclutados incluso entre la minoría anteriormente citada y con razones de parentesco y vecindad en la isla en la que prestan sus servicios. Y, con respecto a la terratenencia, los contratos de los colonos canarios de mediados del xix en Cuba indican la procedencia canaria de parte de sus miembros, o bien sus relaciones de sangre o de comercio con la terratenencia de este lado, con la que incluso elabora y ejecuta aquella proyectos de colonización con braceros, renteros y medianeros isleños. Por supuesto, entiendo que las unidades familiares que accedieron a la información sobre las mejores oportunidades económicas de la otra orilla, lograron este acceso a través de la cadena migratoria que hemos definido. En segundo lugar, que tales unidades familiares adoptaron su decisión de emigrar después de comparar dichas oportunidades con sus niveles de paro y miseria, y que, por último, conceptualizaron esta al respecto, la literatura en torno a esta temática aporta ya sugestivos modelos econométricos, fundamentados en la más pura ortodoxia marginalista. Ahora bien, de aquí surgen dos cuestiones aún pendientes y de naturaleza teórico-empírica. Primera: ¿la conceptualización de la movilidad contemporánea se basó siempre en los salarios reales? ¿No intervino también la posibilidad de acceder a la tierra libre y fértil o simplemente la garantía de obtener un empleo? ¿Tuvo cada uno de estos elementos un lugar y un tiempo en el largo proceso de la migración contemporánea? Creo que estas preguntas carecen de una respuesta adecuada y creo también y con mayor fervor que el único modo de avanzar en su búsqueda consiste en considerar que la citada conceptualización de la movilidad por parte de las unidades familiares se relaciona estrechamente con aquello que les privaba y con lo que, al propio tiempo, les ofrecía el desarrollo del capitalismo a ambos lados del charco. Así, a mediados del siglo XIX, la posibilidad de acceder a una tierra libre y fértil en la otra orilla mediante la inversión de un corto capital y de la fuerza de trabajo de la unidad doméstica, forjó el concepto de movilidad de las unidades familiares que intentaban reconstruir allá su perdido patrimonio en este lado por los procesos de proletarización campesina desencadenados por el capitalismo. Por su parte, los jóvenes solteros, que se contrataban incluso temporalmente como colonos, es decir, el excedente de fuerza de trabajo que no hallaba ocupación en la unidad doméstica o en la economía local, buscó en la otra orilla un empleo y un salario que le permitiera fundar un patrimonio o bien acumular la fortuna necesaria para el retorno y fundarlo en este lado. La segunda cuestión adquiere mayor relieve si consideramos que la tesis de las cadenas migratorias, así como del cálculo de la rnigración en términos de costes y beneficios, contradice la sostenida tesis de la sobreexplotación absoluta de la fuerza de trabajo emigrante, integrada por aquellos colonos canarios del siglo XIX que sustituirian al esclavo en las plantaciones cubanas y de la terratenencia criolla de Venezuela, y por los temporeros del siglo xx que, año tras año, recalaban en los ingenios y en las haciendas de tabaco de Cuba, y retornaban luego a sus hogares. Porque si el nivel de sobreexplotación alcanza el grado que le otorga la reciente historiografia-al aludir nada menos que a la esclavitud blanca-, entonces no se comprende cómo la cadena migratoria no hacía llegar a las unidades familiares de este colectivo emigrante tal grado de sobreexplotación con objeto de minorar su éxodo, de canalizarle hacia destinos más afortunados, o bien para hacerles ver el grado de subjetividad de la información transmitida. Y como no parece apropiado sostener que el emigrante isleño tuviera un alto nivel de masoquismo, ni tampoco que su bajo nivel de alfabetización le impidiera realizar un cálculo más preciso de los costes y beneficios de su decisión de emigrar, entonces debemos concluir, en primer término, en el elevado grado de control de la información por parte de unas cadenas mlgratorias que incluían los beneficios esperados de la explotación de sus paisanos, frente al empleo de la fuerza de trabajo autóctona, y, en segundo lugar, de que si hubo explotación en términos relativos, también la hubo y más acusada en este lado del charco. La décima guanchera parece pertinente al respecto:
Para la Habana me voy,
madre, a comer plátanos fritos,
que los pobres de aquí,
son esclavos de los ricos.

Finalmente, este último aspecto induce a considerar el hecho de que la información y su bajo coste para el colectivo potencial de emigrantes se encuentra también estrechamente ligado a los intereses de los agentes de la economia del área de emisión. En primer término, de manera positiva, pues la información no sólo ayuda a aligerar el excedente de fuerza de trabajo y su presión sobre la renta social disponible, sino que, además, ayuda a canalizar este excedente hacia aquellos territorios de recepción que ofrecen un mercado para determinados productos de la economia de las regiones de emisión, contribuyendo el flete del emigrante a reducir los costes del transporte de tales productos y a incrementar y difundir su nivel de consumo; la información ayuda también a canalizar este excedente hacia aquellos territorios donde la economia del país de emisión cuenta con una red de intermediarios financieros, pues las remesas de capital emigrante suponen un aporte de capital foráneo neto para las regiones de emisión y, por tanto, desempeñan un papel fundamental en la superación de la crisis que ha motivado el flujo emigratorio. Pero también la información y su bajo coste para el colectivo potencial de emigrantes se encuentra ligado de manera negativa a los intereses de los agentes económicos de las áreas de emisión cuando la cuantía del éxodo desequilibra su mercado de trabajo y amenaza con estrangular las estrategias de crecimiento diseñadas por aquellos agentes para superar la crisis. Entre estas estrategias se encuentra el proteccionismo que caracterizó la economía hispana del XIX, que retuvo fiuerza de trabajo en el sector agrario, en contraposición a un librecambio isleño que llevó a la diáspora a las economias campesinas tradicionales. Es en este contexto cuando se produce una campaña que podríamos llamar de contrainformación, ligada a los obstáculos de carácter institucional. Se trata ahora de detener el flujo emigratorio, especialmente de aquel segmento del mercado de trabajo con mayor demanda en la economia local, y para ello se pinta con los mayores nubarrones la propaganda sobre las condiciones de atracción de la otra orilla. Así, en el caso de la emigración de braceros isleños a Cuba mediante contrata, único modo que tenia este colectivo de costear su movilidad, la prensa local insiste en el carácter denigrante y de explotación de las contratas en los momentos en que la economia local demandaba la contribución de este colectivo potencialmente emigrante para garantizar un aporte de mano de obra barata a su expansión agraria. En resumen, los contenidos de la información sobre las oportunidades de renta y empleo en la otra orilla y su bajo coste, así como la contrainforrnación sobre tales contenidos y en momentos concretos, son elaborados por una «economía de la migración» cuyo objetivo básico consiste en conectar regiones de origen y destino del colectivo emigrante a través de una cadena migratoria. Por consiguiente, debemos reflexionar sobre los diversos componentes de esta cadena, situados a ambos lados del Atlántico~ sobre los efectos que los contenidos de la información generan sobre el colectivo emigrante, y, por último, sobre los mecanismos puestos en marcha para eliminar o bien obstaculizar la movilidad exterior. Desde esta perspectiva analítica, la «economia de la migración» del período tradición migratoria. Me refiero a Galicia, Asturias, País Vasco, Cataluña y Canarias, cuyos contigentes migratorios tuvieron como principal destino el área caribeña, especialmente por lo que respecta a la migración canaria. Y file de tal intensidad este grado de intervención de las cadenas migratorias que recreó una cultura de la migración a ambos lados del charco, garantizando la continuidad de los aportes migratorios hasta el momento presente) si bien su cuantía y naturaleza dependieron de las circunstancias locales y del nivel de atracción de la otra orilla. No obstante, la capacidad de captar nuevas áreas de reclutamiento de migrantes por esta economia de la migración a medida que se incrementaba la demanda de filerza de trabajo en los mercados de los países emisores y se incorporaban otros mercados de trabajo de los países al mercado migratorio atlántico, se vió limitada en el caso hispano porque los factores de atracción que difundían sus canales de información no pudieron vencer los osbtáculos institucionales a la movilidad, dada la estrategia de una terratenencia de este lado en mantener activos a la tierra y la tardía creación de cadenas migratorias en esta área. Y cuando esto fine posible, ocurrieron dos circunstancias: de un lado, los factores de atracción habían periclitado y al propio tiempo el colectivo potencial emigrante contaba con otras oportunidades más baratas y de menor riesgo, como fue la migración interior.

1. Media del salario nominal, que no experimentó variaciones significativas hasta la última década del siglo XVIII, cuando se nota un cierto movimiento al alza, claramente detectado en la primera década de la siguiente centuria. Cfr. al respecto MACÍAS HERNÁNDEZ, A.M., tesis doctoral inédita.
2. Estimada en 33.020 mrs. si computamos un máximo de 260 jornadas anuales.
3. Conclusión que no invalida los resultados reales de la decisión de emigrar, en ocasiones desfavorables para las unidades familiares, pues a lo largo de la segunda mitad del siglo XVIII, a medida que aumenta la intensidad del flujo migratorio, se incrementan las denuncias sobre los graves inconvenientes morales y sociales de la migración de hombres casados, que abandonan a sus mujeres e hijos. Cfr. al respecto MACÍAS HERNANDEZ, A. M., La migración…, pp. 57-58. RODRÍGUEZ VICENTE, E., «Notas acerca del paso de canarios a América en el primer cuarto del siglo XIX», en III Coloquio de Historia Canario- Americano(1980), Ediciones del cabildo Insular de Gran Canaria, Las Palmas de Gran Canaria, 1980, t.II, pp.25-42.
4. AHPSCTFE, Protocolos notariales, leg.65, fol 491 y segs . Cada pipa contiene 480 litros y su precio en estos años supera los 300 reales.
5. Macías Hernández(1991b)
6. Nobiliario de Canarias, Santa Cruz de Tenerife, 1959, pp.114-115
7. Así ocurre entre los emigrantes embarcados en 1622 y 1625. Cfr. Díaz Trechuelo(1979)
Universidad de La Laguna

Mi fuente: Mgar

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46 respuestas

  1. […] Emigración española al Caribe. Período contemporáneo […]

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    • Uno de los vapores que llevo cientos de emigrantes españos a cuba entre los anos 40 y 50 del siglo pasado, con puerto de partida en Vigo
      tenia como nombre «Monte Ayala».
      Si se puedira encontrar informacion hacerca de este vapor.

      Muchas gracias

      Manuel

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      • Con ese nombre puedo deducir que el buque perteneció a la naviera Aznar, de Bilbao. Será cuestión de buscar información acerca de esa naviera.
        Si encuentro algo ya lo publicaré, gracias por tu aporte.
        Saludos.

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  2. ¿Existe alguna dirección web donde se puedan consultar los datos de las personas que emigraron de Galicia o Cataluña hacia Cuba en estos períodos (1890-1910)?
    Gracias

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    • Hola Luis Alberto
      Pásate por Emigrantes españoles en Cuba a través del enlace clikando en él. Allí encontrarás en las respuestas varias direcciones y lugares de contacto que espero te sirvan.
      Un saludo.

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      • Hola ..mi nombre es Irma Lucrecia Peláez… mi abuelito Donato Peláez nació en España, emigrante , era buzo, rescataba buques ..eso es lo que oí de pequeña, mi tío sé que nació en Cuba, creo que en La Habana.. mi abuelita se llamaba Concepción Uría o Urea nacida en España,…anhelo saber sobre mis raíces…Mi padre trabajaba el hierro forjado con sus primos, en Argentina y tubo 7 hijos , yo soy la mas pequeña de mis hermanos..Ya deje algunos comentarios en otros blogs o páginas web.. solo me contesto una chica del Reino Unido que era nieta de Donato Peláez y no podia creer, dice, que sea su prima argentina..jaja, debió saberlo mejor que yo por que di el mismo dato que dejo aquí plasmado(que mi abu era «BUZO, RESCATISTA DE BUQUES») ..pero no me dejo su e-mail…yo vi el comentario 2 o 3 años después y volví a escribir saludando, y deje mi correo,y no se mas… pero deseo hallar a algún familiar..QUE LINDOO SERÍA!!CUANTA HISTORIA!! claro para mÍ ..bue saludos a todos los que hacen posible estas clase de hechos , cosas o como se llame un abrazooo…Irma Lucrecia Peláez.(ah mi bisabuelo José Peláez y mi bisabuela Constanza o Constantina Álvarez, creo del norte de españa no me acuerdo en la Aldea que estaban)

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        • Si alguien te contestara y dejara el correo como es su obligación, y que el sistema impide que aparezca, ya me encargaría de poneros en contacto.
          Suerte.

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          • Holaaa.. Soy Lucrecia!! 😉 miraa ah pasado algunos años y yo sigo en la busqueda de mis antepasados para ubicarlos.. encontre esta pagina y me encuentro con mi comentario de la fecha..-> Lucrecia, on 28/08/2014 at 13:29 said: bue dejo mi correo por si acaso se sabe de alguna pista..lupe76@homail.com …ahora se que mi tia Balbina Peláez llego de A Coruña a Argentina en el año 1909/07/12 y con el Barco CAP BLANCO…bue es algo mas para mi lo encontre en CEMLA.. un gran saludoo para todoss!!

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          • Hola Lucrecia.
            Yo no tengo ninguna relación con organismos o grupos que investigan en el pasado que fue de estar personas, simplemente hice un artículo con otras intenciones pero que ha derivado en esta búsqueda de muchas personas. Eso hizo que indagara lugares a los que acuidr en busca de información para tratar de encontrar a esas personas y sn muchos los que han colaborado facilitando datos e informes, algo que yo agradezco.
            Espero que esoa datos y fuentes te ayuden a encontrar a quien buscas.
            Suerte.

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  3. Busco a un antepasado cántabro que emigró a Cuba a mediados del siglo XIX, pero no sé en qué fecha exactamente viajó por primera vez. Sé que en 1860 ya había reunido bastante dinero y era subteniente de caballería de las milicias disciplinadas de La Habana. Se llamaba Felipe Quintana García. ?Alguien me puede decir en qué listas de pasajeros buscarle?

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  4. Por favor alguien tiene conocimiento por donde entro el Vapor Toledo en el año 1924, estoy buscando la entrada de mi abuelo en ese barco, Ceferino Pego Iglesias. Gracias.

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  5. Hola Wilfredo.

    Encontrar ese buque me está resultando dificil. Hay varias referencias en la red pero el que más se aproxima es este que he encomtrado, solo que este buque llevaba el nombre de la ciudad de Toledo en Ohio, USA y no creo que el que tu citas esté dedicado a esta ciudad.
    No obstante puedes verlo fotografiado aquí, y aquí una lista de pasajeros entrados en USA en 1.919.

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  6. mis abuelos dimingo diaz fuentes y marta mendoza garcia nacieron entre 1860 y 1870,vinieron a venezuela y tuvieron 6 hijos quisiera si pude informarme donde puedo conseguir sus partidas de nacimiento su defuncion dice que nacieron en santa cruz de tenerife

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  7. la respuesta no me dice nada porque ellos no llegaron a cuba sino a venezuela por favor sea mas preciso gracias

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  8. En ese enlace que te he facilitado, pese a referirse a Cuba, estan todos los pasos y todos los lugares oficiales a los que se puede acudir, al menos en España y en Cuba, para solicitar la ayuda necesaria.
    En el caso de Venezuela puedes acudir a los organismos oficiales que en ese país controlen el tema de la emigración y los emigrantes.
    Quizá si te hubieras leído los enlaces y las explicaciones que se dan que son muchas y variadas, te hubiera dicho algo la respuesta.

    En cualquier caso tanto este escrito como aquel al que te lleva el enlace nada tienen que ver con las búsquedas, de hecho esas búsquedas nacen por iniciativa de quienes escribieron y yo me he puesto en contacto con algunas personas para que facilitaran esas búsquedas. No era lo que pretendía pero lo hice por interés general que no mio.
    Eso es lo que hay. Tu misma.
    Saludos.

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  9. zULAY, LEASE LOS COMENTARIOS DE OTRAS PERSONAS QUE COMO USTED BUSCAN DATOS DE SUS ANTEPASADOS, SEGURO QUE ENCONTRARAS RESPUESTA O AL MENOS COMO EMPEZAR LA BUSQUEDA, SEA PACIENTE , NO OLVIDE QUE ESTE BLOG NO FUE ABIERTO CON ESTE PROPOSITO Y QUE GRACIAS A EL, Y A NUESTROS COMENTARIOS HEMOS LOGRADO MUCHO. DIOS TE BENDIGA

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  10. Hola, necesito información sobre una familia de apellido MANSITO de la Isla de Tenerife, mi abuelo Santiago Enrique Mansito del Castillo, nacio en Tenerife en 1887 hijo de Juan Mansito de la Cruz y Maria del Castillo, viajó a Cuba en abril de 1894, necesito saber si quedan descendientes de su familia en Canarias y en que lugar exacto nació para solicitar su certificación de bautismo o nacimiento.

    gracias

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  11. soy bisnieta de MANUEL SANCHEZ PRIETO , por favor si alguien lee este comentario y me puede ayudar, le estaria muy agradecida , pues lo unico que se , es que se caso en el año 1862 en cuba y vino viudo de españa.

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  12. Gracias por toda la informacion que aparece en Emigrantes españoles a Cuba, me ha sido de mucha utilidad, me ha dado esperanzas que ahora si encontraré a mi abuelo que emigró a Cuba y luego de sufrir tuberculosis y haberse quemado todos sus documentos nos habiamos quedado sin nada, solo su nombre y poco mas, ahora espero en los registros a los que hacen mencion poder hayar algo mas, y la informacion que nos da Ania a los cubanos tambien buenisimo, (Archivos en la Habana) gracias por tomarse tiempo en ayudar a los necesitados, bravo, DIOS LES BENDIGA

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    • He leído un libro donde se hacen algunas referencias que pueden ser útiles. Quiero preparar un escrito donde daré las referencias pero lo colgaré en el otro blog ya que la cosa va de marinos y emigración.
      Saludos.

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  13. Hola a todos mi nombre es Pedro Martín mi correo es jupemartin@gmail.com, les cuento que en la habana esta un lugar EL ARCHIVO NACIONAL DE CUBA y ahí es donde se encuentran las listas de pasajeros de la capitanía del puerto de la habana, personalmente encontré la llegada de mi abuelo con fecha 2 de enero de 1913 en el vapor Martín-Saenz de pinillos Cia , así que ya saben yo por mi parte no he podido encontrar la lista de salidas desde canarias pues en estas listas de la habana no aparece fecha de nacimiento y me he estancado ahí pero encontré en La Habana. El vapor, capitán, edad, estado civil y lugar de procedencia. un abrazo y que dios les vendiga

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  14. MI BISABUELO LAUREANO BORGES LUIS EMIGRO A PUERTO RICO EN 1880, DE SAN JUAN DE LA RAMBLA, TENERIFE. ME GUSTARIA CONOCER EL NOMBRE DEL BARCO EN EL Q VINIERON EN ESA FECHA . VIVIMOS EN LA COST NORTE DE PR EN QUEBRADILLAS. ESTE BLOG ESTA MUY INTERSANTE, ADELANTE!!

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  15. SALUDOS, SOY BISNIETO DE LAUREANO BORGES LUIS -RAVELO, NACIDO EN SANJUAN DE LA RAMBLA, TENERIFE, QUE EMIGRO A PUERTO RICO EN 1880. ME GUSTARIA SABER EL NOMBRE DEL BARCO EN EL Q LLEGARON A ESTA ISLA. EXITOS PARA TODO EL QUE BUSCA Y GRACIAS AL INFORMANTE.

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  16. Hola,
    soy nieta de Florentina Matilde Diaz Sosa que emigro desde Islas Canarias con mi bisabuela Juana Sosa Sosa en el año 1923 en barco hacia las provincias orientales de Cuba. Necesito saber si alguien tiene conocimiento de que barco es y exactamente a cual provincia oriental llego a Cuba.
    Gracias!

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  17. hola necesito por favor que me ayuden en la busqueda de la salida de mi abuelo de españa y la llegada a cuba el nacio en galicia lugo en quizan las peras en el año 1902 y se llamaba jose arean montes les agradezco por este sitio de ayuda que tenemos ojala encuentre algun resultado muchas gracias

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  18. Hola, busco hace tiempo las huellas de mi tatarabuela, Eustaquia Izquierdo, nacida en Atienza provincia de Guadalajara, sólo sé que vivió unos años en Barcelona donde nació mi bisabuela en 1886. Dejó allí a su hija y viajó hacia la Habana, probablemente entre 1900 y 1910, allí se casó con Antonio Diaz, (un asturiano) no sé hasta cuando se quedó o si murió allí, nunca la encontré en las listas de pasajeros, tampoco en el Archivo Nacional, me interesa mucho saber dónde vivió y que hizo en su vida…no sé si en Cuba existen empadronamientos o algo por el estilo, lugares, centros donde frecuentaban los españoles y en donde poder buscar…agradeceré cualquier información. Gracias

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  19. ¿Existe alguna dirección web donde se puedan consultar los datos de las personas que emigraron de Santander hacia Cuba entre (1860-1915)?

    Busco las salidas de Francisco Villar y Cubria, que viajaba con su tio Francisco Cubria Argumosa, entre otros
    gracias
    Cecill

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  20. Busco saber en que pueblo de Galicia nacio mi padre Su nombre Fermin Delfin Rozas Nogueiras nacio en Noviembre/02/1917 sus pades fueron Jess y Josefa podra usted ayudarme a encontrar mis raices el emigro muy joven a Cuba y murio en la Habana.Cuba 2004

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  21. Me gustaría saber alguna información acerca de mis bisabuelos y abuelo. Se llamaban marcelina López y Antonio cubeiro laurido (bis) y Antonio cubeiro López (abu) lo único k se es k llegaron a santiago de cuba. Mi bisabuelo murió en cuba y mi bisabuela y su hijo viajaron a república dominicana. Mi abuelo tenía dos hermana una vivía en argentina y otra se kedo viviendo en España. Es lo único k se. Por favor sí me puede dar más información

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  22. Enhorabuena por esta interesantísima publicación. Mi abuelo materno, Santiago García Serrano, se embarcó sin pasaje en Cádiz el 11 de febrero de 1919 y llegó a Santiago de Cuba el 12 de Marzo, previa escala en Azores. Todo parece indicar que lo hizo a bordo del vapor Balvanera. Me gustaría confirmarlo.
    He reproducido en una entrada de blog sus notas manuscritas en las que relata tanto las fatigas del viaje como las de las duras condiciones de vida y trabajo que padeció.Creo que es una ventana a la intrahistoria personal de uno de tantos emigrantes.

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  23. Por supuesto. http://lahatalaya.blogspot.com.es/2013/12/fatigas-de-un-emigrante-espanol-de_5196.html
    Espero que os sea de interés.

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    • He puesto un enlace en el escrito a tu entrada.
      Por lo que estoy viendo durante estos meses esto de la emigración es un tema muy interesante y muy seguido por quienes visitan esta entrada.
      Gracias.

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  24. Gracias a ti por facilitar el enlace. Es cierto ese interés, será que la emigración ya no es solo historia ,ahora también forma parte del presente de este país.

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