Paquete «A» , paquete «B»; lo que me faltaba por leer

Los marineros gallegos secuestrados del 'Alakrana', a su llegada a Vigo (Efe).

Los 16 marineros españoles del Alakrana formaban parte del paquete A; los otros 20 tripulantes, de seis nacionalidades diferentes, integraban el paquete B. Y la vida de los primeros tenía prioridad absoluta para las tropas de élite de la Armada que prepararon minuciosamente, siguiendo instrucciones del Ministerio de Defensa, el abordaje del atunero vasco secuestrado en aguas del océano Índico, según han asegurado a El Confidencial fuentes conocedoras del operativo militar, que finalmente se frustró porque el Gobierno decidió no correr riesgos y prefirió pagar el rescate exigido por los piratas somalíes.

Defensa fletó a mediados del pasado mes de octubre un avión comercial de Air Europa con el fin de trasladar fuerzas de asalto al Índico por si fuera necesaria una intervención militar para rescatar a los 36 tripulantes del Alakrana. El aparato, un Boeing que se disponía a cubrir un trayecto ya programado de la ruta Madrid-Roma, fue puesto urgentemente a disposición de Defensa, obligando a la compañía aérea a reajustar su plan de vuelos. El coste de la operación, incluyendo el alquiler del aparato con su tripulación civil durante 15 días, el combustible y el seguro, ascendió a más de tres millones de euros, según las fuentes consultadas.

En uno de sus viajes, el Boeing trasladó a Djibuti -el diminuto país que comparte frontera con Somalia- a 31 buzos de la Unidad Especial de Buceadores de Combate (UEBC) de la Armada, una fuerza de élite altamente cualificada con base en Cartagena e integrada en la llamada Fuerza de Guerra Naval Especial. Los buceadores fueron recogidos en tierra por helicópteros de la Armada y embarcados en las fragatas Canarias y Méndez Núñez, donde se unieron a otros efectivos de Infantería de Marina especializados en infiltración, tiro de precisión y acción directa.

El aparato de Air Europa regresó a Madrid a continuación, pero siguió a disposición de Defensa. Y dos semanas después, una vez que el gabinete de crisis coordinado por la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega -y del que también formaban parte la ministra Carme Chacón y el general Julio Rodríguez, jefe del Estado Mayor de la Defensa- hubo descartado por completo la opción militar para rescatar a la tripulación del atunero, el avión voló de nuevo a Djibuti para traer a los buceadores de combate de vuelta a España.

«Muchas horas en remojo»

Los miembros de la UEBC regresaron frustrados a su base en Cartagena porque, según las fuentes consultadas por El Confidencial, «estuvieron muchas horas en remojo pero nunca recibieron la orden de intervenir». Sin embargo, los militares no dejaron nada al azar por si el Gobierno daba finalmente luz verde al abordaje por la fuerza del Alakrana.

El objetivo era salvar la vida de toda la tripulación, pero la Armada sabía que, si se producía el asalto, resultaría prácticamente inevitable que hubiera bajas entre los 36 marineros. Así que, para minimizar los riesgos de que en la operación falleciese alguno de los pescadores vascos y gallegos, los buceadores de combate recibieron instrucciones para dividir a los rehenes en dos grupos: los 16 españoles, que llamaron el «paquete A«, y los 20 de otras nacionalidades, bautizado como el «paquete B«.

En este último había ocho marineros de Indonesia, cuatro de Ghana, tres de Senegal, dos de Madagascar, dos de Costa de Marfil y uno de las Islas Seychelles. Pero el paquete A debía tener prioridad en la eventual operación de rescate, según las citadas fuentes, que añaden que «el Gobierno quería evitar a toda costa que hubiera una sola baja entre los españoles, por el gran coste político que le hubiera supuesto».

Un equipo de buceadores de la UEBC realizó incluso una misión nocturna de alto riesgo: sumergirse bajo el casco del Alakrana para ensayar el asalto que jamás llegó a producirse. Los buzos fueron trasladados desde la fragata Canarias hasta las proximidades del pesquero a bordo de lanchas neumáticas, indetectables por el radar del atunero. A continuación se lanzaron al agua y llegaron hasta el barco secuestrado. Varios minutos después embarcaron de nuevo en la zodiac y regresaron a la fragata sin ser descubiertos por los piratas.

José L. Lobo en El Confidencial

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5 respuestas

  1. Información Bitacoras.com…

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  2. Vergonzoso.

    Carpe Diem

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  3. Y parece que hay cosas que no se publicaron

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