Hace casi 3.000 años existió en Andalucía una civilización rica y avanzada cuya grandeza, cuentan los eruditos, no fue igualada en mucho tiempo. A aquel pueblo, admirado por los griegos, se le denominó Tartessos, como el río que lo atravesaba, el actual Guadalquivir. La explotación de minas de oro y plata y el comercio con los fenicios la convirtieron en una sociedad más o menos organizada que fue conocida como la primera civilización de Occidente. Ahora, un equipo de investigadores del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), coordinados por el arqueólogo Sebastián Celestino y el historiador y antropólogo Juan José Villarías, rastrean 200 hectáreas del parque nacional de Doñana en busca de asentamientos humanos pertenecientes a aquella civilización que vivió en lo que son hoy las provincias de Sevilla, Huelva y Cádiz entre los siglos IX y VII antes de Cristo.
Otros investigadores, como el cubano Georgeos Díaz-Montexano, van bastante más lejos y aseguran que, sumergida por esa zona, «sin ninguna duda», se encuentran los restos de la Atlántida, la mítica ciudad descrita por Platón que decenas de historiadores, antropólogos y curiosos se han afanado por encontrar. Los investigadores españoles creen que esto es un disparate.
Tartessos (griego: Τάρτησσος, latín: Tartessus) fue el nombre por el que los griegos conocían a la primera civilización de Occidente. Heredera de la cultura megalítica del suroeste ibérico, se desarrolló supuestamente en el triángulo formado por las actuales provincias de Huelva, Sevilla y Cádiz, en la costa suroeste de la península Ibérica. Tuvo por eje el río Tartessos, que los romanos llamaron luego Betis (antes Oleum flumen = río de aceite) y los árabes Guadalquivir (que significa río grande-الوادي الكبير -). Sin embargo, nada es seguro y varios autores tratan de situar el río Tartessos en las bocas del Odiel y el Tinto (ría de Huelva), en el Mar Menor, en las bocas del Guadiana o en el mismo Tajo. En el 2001 se le puso río Tartessos al antiguo río Castellar que pasa por Castellar (Jaén). Los tartesios desarrollaron una lengua y escritura distinta a la de los pueblos vecinos y tuvieron influencias culturales de egipcios y fenicios.
La primera fuente histórica que alude a Tartessos es la Historia de Heródoto, del siglo V a. C., que habla del rey Argantonio (significa Hombre de plata y se dice que gobernó cien años) y su incontable riqueza, sabiduría y generosidad. Una más tardía data del siglo IV, del escritor romano Rufo Festo Avieno, que escribió una obra titulada Ora maritima, poema en el que se describen las costas mediterráneas. Según el poeta, utilizó fuentes antiquísimas de autor desconocido. Una de estas fuentes data del siglo IV a. C., de la que Avieno escribió que era un «periplo», es decir, un viaje de navegación costera, realizado por un marino griego y cartaginés, en el que partiendo de las costas de Britannia o de Cornualles (Inglaterra) llegó hasta Massalia (Marsella). Como resultado de aquel viaje se narran los lugares visitados por el desconocido marino, que proporciona las noticias más antiguas sobre la Península Ibérica.
La investigación del CSIC comenzó realmente en 2005, pero hasta ahora no se habían llevado a cabo intervenciones directas sobre el terreno. El pasado septiembre, por primera vez, se realizaron pequeñas catas de tierra repartidas en unas 200 hectáreas del parque nacional, en concreto en las marismas de Hinojos (Huelva). Los hallazgos más importantes, por ahora, han sido restos de cerámica de la Edad del Bronce. Por el momento no se ha encontrado huellas tartésicas.
Esos ansiados vestigios sí han aparecido en otras zonas próximas, como Mesas de Asta, Algaida. También en sitios al otro lado del río, en Sanlúcar, Jerez y El Puerto de Santa María. «Si existieron en el otro lado, también debieron de existir aquí: hubo dos terremotos, uno de ellos fue una especie de tsunami que arrasó todo y coincide con la época de esplendor tartésica», explica Celestino. Esto corroboraría la tesis de un posible asentamiento prerromano que pudo esfumarse en esa zona, pero el experto prefiere no aventurarse con teorías.
Tartessos fue también el nombre del río al que los romanos bautizaron como Betis y los árabes como Guadalquivir (río grande). Los tartésicos, aculturados por fenicios antes de la llegada de los griegos, se dedicaban a la metalurgia, el comercio y la pesca. No se sabe si Tartessos fue también el nombre de su metrópoli más importante, una especie de capital tartésica, porque nunca se ha encontrado su ubicación.
En cualquier caso, hay imágenes que muestran la intervención humana en el área acotada. Las fotografías aéreas tomadas sobre las marismas desde 1956 muestran todas lo mismo en la parte sur: extrañas formas circulares de distintos tamaños (hasta 200 metros de diámetro) y, sobre todo, figuras rectangulares, imposibles de concebir como producto de la naturaleza. Esas imágenes se mostraron en la tesis del científico alemán Rainer Kühne (2004), que está convencido de que existió una gran ciudad tartésica que estaría ubicada en Hinojos. Kühne se basa en evidencias literarias de Estrabón y Pausanias.
«La capital de Tartessos estuvo situada entre las dos bocas del río Betis. De acuerdo con Pausanias, Betis era el río más grande de Iberia. Baetica fue el antiguo nombre para Andalucía. El antiguo Baetis no es sino el Guadalquivir, cuyo estuario sigue estando en el mismo sitio. Creo que la capital de Tartessos está situada dentro del parque nacional de Doñana», razona el alemán con silogismos. Tras Kühne, renació la fascinación y el interés por Tartessos y por la Atlántida.
El alemán afirma que Platón usó la geografía y la cultura tartésica para describir la legendaria ciudad sumergida. Desde 2005, el grupo de investigadores del CSIC ha realizado sondeos, topografía eléctrica e intervenciones indirectas. Y hace cuatro meses, se comenzó a excavar. «A finales de verano comenzamos las técnicas directas mediante catas en la tierra de un metro por dos», explica Antonio Rodríguez, geólogo de la Universidad de Huelva. Villarías añade que el grupo se encuentra a la espera de más datos para continuar con la investigación. «Algunos resultados pueden todavía tardar, ya que algún análisis no depende de nosotros directamente», señala el antropólogo.
Lo que sí está claro es que hay restos arqueológicos, muy probablemente tartésicos. La razón por la que nunca se había adentrado en el parque es que la mayoría de los investigadores partían de la premisa de que aquello siempre fue agua. Durante cientos de años, después de la última glaciación, aquello era agua, del mar, al principio, y de un gran lago, después. Esta teoría, sin embargo, está siendo revisada por los geólogos desde hace más de una década.
Sean cuales sean los hallazgos finales, la expectación sigue creciendo. El próximo 15 de enero, un arqueólogo estadounidense, Richard Freund, acudirá a Hinojos y dará un nuevo empuje a la tesis tartésica de Doñana. Junto a él viajará un equipo de National Geographic. Mientras se dispara el interés internacional, el CSIC insiste en las evidencias sobre el terreno.
La mayor distancia científica se toma con la posible creencia de que la Atlántida está bajo las marismas de Hinojos. Que la ciudad descrita por Platón, de puertas de plata y organización circular, se hubiera sumergido sin dejar rastro en Doñana es calificado por los investigadores españoles como un disparate o, más suave, «algo difícil de creer». Pero siempre hay quien cree.
El investigador cubano Georgeos Díaz-Montexano lleva 15 años inmerso en la búsqueda de la Atlántida. Fundamenta su teoría con gran convencimiento y montañas de papeles y gráficos: «Platón describe con detalle la ciudad y la sitúa en el estómago (en griego, pro tou stomatos) de las Columnas de Hércules», que se corresponden tradicionalmente con el Estrecho de Gibraltar. «Las evidencias sustentan cada vez con más fuerza que la Atlántida no era una mera ficción, fábula o mito inventado por él, sino una historia verdadera (alêthinon logon, en griego, o veram historiam, en latín), como Platón siempre sostuvo», asegura el investigador, que culpa al «fatalismo geográfico» el hecho de que no le tomen en serio. «Si fuera alemán en vez de cubano, me escucharían más», protesta antes de sentenciar: «La Atlántida no está exactamente donde investiga el CSIC, pero está cerca».
No es seguro que existiera una ciudad llamada Tartessos, dado que aún no se ha encontrado su ubicación. Aunque están perfectamente documentados otros poblados a lo largo del valle del Guadalquivir, territorio de expansión de la Civilización de Tartessos. Su capital quizá fuera Turtha o Tarta, en el lugar que hoy ocupa Sanlúcar de Barrameda, en la desembocadura del Guadalquivir, de cuya raíz “Trth-” saldrían todas las formas de Tartessos. Sin embargo, si seguimos a Herodoto, único historiador que describe la ubicación de la capital, estaría situada en el cauce del Tartessos/Guadalquivir (único río con entidad suficiente como para ser considerado «el más largo de Iberia»), en algún punto entre la actual Coria del Río y la zona frontera al Aljarafe sevillano: efectivamente, hasta bien entrada la época de dominación romana, la desembocadura del río tenía lugar en el Lacus Ligustinus, actualmente convertido en las marismas del Bajo Guadalquivir. En la zona de la desembocadura había varios brazos, alguno de los cuales subsistió de hecho como dos lagunas sucesivas en el interior de la Sevilla del S XVI. Entre esos brazos quedaban definidas varias islas, a las que se hace referencia en los escritos citados. El Guadaira, que hoy es afluente de Guadalquivir, era un río independiente con cierta entidad y desembocaba justo en la confluencia de Guadalquivir y Ligustinus, reforzando la descripción de Herodoto. Probablemente, la ciudad y la civilización ya existían antes del 1000 a. C. dedicadas al comercio, la metalurgia y la pesca, pero no en la forma que conoceríamos como el Tartessos clásico. La posterior llegada de los fenicios y su establecimiento en ‘Gdr, Gadir (actual Cádiz), tal vez estimuló su imperialismo sobre las tierras y ciudades del entorno, la intensificación de la explotación de las minas de cobre y plata (Tartessos se convirtió en el principal proveedor de bronce y plata del Mediterráneo), así como la navegación hasta las islas Casitérides (las Islas Británicas o más concretamente las islas Sorlingas), de donde importaron el estaño necesario para la producción de bronce, aunque también lo obtenían por el lavado de arenas estanníferas.
Se conocen algunas ciudades de Tartessos, como Turtha (en el término municipal del actual Puerto de Santa María), Mastia (actual Cartagena), Molybdan, de la que sólo se conoce el nombre, y Etibirge, posterior Iliberri; nombre que coincide, por cierto, con los términos propuestos en protovasco para «ciudad nueva» -*hili(r) y berri-. (Ver vascoiberismo). De ese nombre, Iliberri, deriva su denominación actual, Elvira en la provincia de Granada.
Reyes mitológicos
- Gerión: Primer rey mitológico de Tartessos. Según la leyenda, era un gigante tricéfalo, o al menos con tres cuerpos, que pastoreaba sus grandes manadas de bueyes a las orillas del Guadalquivir. El mito dice que una de las doce pruebas de Heracles era el robo de los bueyes de Gerión. También dice la leyenda que Gerión era el gigante mítico que mató Heracles y sobre el que construyó la Torre de Hércules, en La Coruña.
- Norax: Nieto de Gerión e hijo de Erytheia, conquistó el sur de Cerdeña, donde fundó la ciudad de Nora. (Ver Piedra de Nora).
- Gárgoris: Primer rey de la segunda dinastía mitológica tartésica, rey de los curetes. Inventó la apicultura y el comercio.
- Habis (Habidis): Hijo bastardo de Gárgoris no reconocido, escapó de la muerte ordenada por su padre viviendo entre las bestias. Fue amamantado por una cierva hasta hacerse un hombre y ser después reconocido por su padre. Descubrió la agricultura, atando dos bueyes a un arado. Formuló las primeras leyes, dividió la sociedad en siete clases y prohibió el trabajo a los nobles. Bajo su reinado se establece un sistema social en que unos pocos viven a costa del trabajo y la miseria de una mayoría pobre. Cuentan que dividió el reino en siete ciudades.
Sobre estos dos últimos monarcas se escribió la Tragicomedia de Gárgoris y Habis, que menciona un sistema social basado en la explotación del hombre por el hombre, nacido tras el descubrimiento de la agricultura. Se trata de personajes mitológicos, cuya existencia real es tan dudosa como la de Heracles.
Reyes históricos
Argantonio es el único rey del que se tienen referencias históricas. Se sabe que fue el último rey de Tartessos. Vivió 120 años según Heródoto, aunque algunos historiadores piensan que puedan referirse a varios reyes conocidos por el mismo nombre. También dice Heródoto que su reinado duró 80 años, desde el 630 a. C. al 580 a. C. Propició el comercio con los griegos foceos durante 40 años, que crearon varias colonias costeras durante su reinado.
Según Poseidonio tenían una agricultura próspera con canales de riego, y el olivo y la vid proporcionaban grandes cosechas. También la ganadería era importante con ganado vacuno, caprino, ovino y porcuno. La obtención de sal era también pieza fundamental de la riqueza tartesia exportándose los salazones hasta la misma Atenas en el siglo V a.C., la pesca y especialmente los moluscos eran también objeto de consumo. Viajeros atrevidos, los redondos barcos tartesios llegaron a las islas Británicas llevando calderos de bronce y escudos y después a la Armórica (noroeste de Francia) obteniendo estaño y plomo a cambio.
Por la Biblia sabemos que los hebreos comerciaban hacia el año 1000 a.C. con Tarschish, aunque algunos historiadores dudan si este nombre era exclusivamente aplicado a Tartessos, nombre que le pondrían los comerciantes griegos. Lo cierto es que los fenicios, atraídos por la enorme riqueza minera de este antiguo imperio andaluz, fundan la ciudad de Gádir hoy Cádiz hacia el año 1100 a.C., y poco después otras ciudades como Malaca (Málaga), Sexi (Almuñécar), Abdera (Adra), Carteia (Algeciras), y Ebyssos (Ibiza), y tras el comercio inicial se imponen militarmente a los tartesios en las zonas costeras que dominan, influyendo notablemente en la cultura tartesia, a la caida de Tiro (Fenicia) en manos asirias en el 700 a.C., los tartesos recobran su total independencia apareciendo entonces la influencia griega, ya que según numerosas expediciones focenses llegan a nuestra tierra fundando las ciudades de Hemeroscopión (Denia), Mainake (al este de Málaga), y otras más por el mediterraneo peninsular ibérico. La influencia griega también será muy importante destacando en las esculturas, los utensilios diarios e incluso se ha encontrado un casco corintio cerca de Jerez. En esta época gobernaba Tartessos el rey Argantonio (el hombre de plata) que según los cronistas griegos gobernó muchos años y regaló a los focenses 1.500 kilos de plata para ayudarles a defender su ciudad de los persas (siglo VI a.C.), la mayor prosperidad del reino fue desde el 700 hasta el 500 a.C., hasta que los feroces cartagineses los invaden destruyendo su capital con el empleo por primera vez del ariete hacia el año 535, y difuminándose el nombre y la cultura tartesia con el dominio cartaginés, y la posterior romanización que encontró en estas tierras una gran asimilación de su cultura, fruto sin duda de la cercanía de la cultura tartesia, que tuvo un gran nivel.
Fuentes:
Lidia Jiménez en El País.
Información Bitacoras.com…
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Hola Jon, primero mis mejores deseos para este nuevo año.
Seguramente mediatizado por el componente cartagenero que tengo, todo lo relacionado con Tartesos o Mastia siempre desde niño me ha interesado, por eso he leído todo con bastante interés. Mencionaría a D. Julio Mangas Manglares que en su estudio de la Hispania Romana dedica parte de su trabajo a esta civilización.
Hay grupos de aficionados a la historia en Cartagena, (tengo algún compañero en ellos), que sostienen puntos de vista diferentes a la historiografia oficial.
Me cuentan que se suelen esconder datos, tergirversarlos, con intereses espureos.
Estos grupos de los que hablo (verdaderos aficionados, muchos de ellos licenciados en Historia , Arte, etc. argumentan la opresión oficialista que parte del centralismo murciano, en fin… aquí aparecen viejos enfrentamientos y agravios entre Cartagena y Murcia. Pues bien, hace poco me pasaron parte de un estudio bien documentado y de fuentes mediatas en las que se hace referencia a unas rutas de navegación que se mencionan un poco de pasada en el post y que no se suelen incluir en la historia oficial, porque siempre según estos estudiosos, oficialmente se intentaría hacer pasar los caminos por otros sitios con el que se hiciera coincidir cierto protagonismo, o quizás restar el que tuvieran los antiguos mastianos-cartageneros.
Saludos. Juan Francisco.
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Hola Juan Francisco.
Cuando estaba recopilando información me he encontrado mucha referida a Cartagena, aunque más con la parte bética de Tartessos y su relación con la mitológica Atlántida.
Digamos que lo mio es una pequeña aportación en estas cuestiones históricas, mientras aprendo lo comparto con otros. La historia es muy bonita, me encanta y encima mi hijo estudia la carrera.
No sé si aún seguiréis con el tema pero en tiempos Cartagena se quería segregar de Murcia y formar su propia provincia.
Saludos.
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Me ha gustado muchisimo el artículo y me parece muy interesante, felíz domingo Jon y feliz comienzo de semana.
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Gracias Helen.
Feliz domingo para vosotros y mejor semana.
Saludos.
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muy bueno Jon, saludos desde Sevilla, y !!feliz año¡¡ 2010,
r.
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Gracias Rafa, se hace lo que se puede.
Saludos.
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Me parece una síntesis aceptable sobre el estado de la cuestión en relación a Tartessos. No obstante se podría corregir algunas cuestiones por ej. el termino lago Ligustino o Ligur, aparece exclusivamente en la obra Ora Maritima , que yo sepa citado una vez. Otros autores que hablaron en las «fuentes» muy brevemente de Tartessos, también con la distancia de muchos años no repiten la palabra Ligustino sino que hablan simplemente de Lago. De acuerdo con la descripción geográfica de la zona que es la que aquí se aporta y puesto que al Lago según la Ora Maritima antecede un golfo marino ( Golfo Tartésico) el algo Ligustino debe corresponder a la «plana de Sevilla» tras el delta de la desembocadura y el Golfo Tartésico a las marismas e islas del Guadalquivir (hoy secas).
Para profundizar sobre ello se puede consultar la web
«CAURA Y ORIPPO EN EL ENTORNO DE TARTESSOS»
http://personal.us.es/fcojose/entornodetartessos.htm
En realcion a Cartagena o «Mastia de los tartesios» se le ha vinculado con Tartessos (Karpessos) porque sustituyó su capitalidad tras la caida o declive de Tartessos en tiempos turdetanos. En efecto pasó a jugar el mismo papel como ciudad exportadora de metales (Cu, Pb y Ag) por su proximidad a nuevas minas descubiertas de metales en este caso en la cuenca alta del Guadalquivir y sierras Murcianas cuando las minas de la Sierra de Huelva y Norte de Sevilla se agotaron por la imposibilidad entonces con la tecnología disponible de profundizar más. Son los romanos los que reactivaron tanto en una zona como en otra la explotación aportando importantes avances mineros que profundizaban mucho más las galerías y pozos.
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este tema esta xulisimo
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Lo primero decirte que me ha encantado el post.
Es un tema que me apasiona.
¿Podrías darme alguna información adicional del hueso con grabados?
Gracias.
José Luis
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Pues no José Luis; este es solo un escrito sobre una parte de la historia que me interesó en su momento, no soy historiador y no puedo darte los detalles que me pides.
Saludos.
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Por la Biblia sabemos que los hebreos comerciaban hacia el año 1000 a.C. con Tarschish, aunque algunos historiadores dudan si este nombre era exclusivamente aplicado a Tartessos,
Soy sudamericano, pero me interesa este tema, como toda la historia de las grandes civilizaaciones. La Tarschish de la que se hace referencia en la Biblia, no es otra que la ciudad de Tharsis, que actualmente es un pueblito minero ubicado entre los rios Tinto y Odiel, de Tharsis vendria la voz griega Tarteside y tartessos para denominar el territorio de su influencia. Tharsis es la capital de Tartessos, aunque el pueblito que actualmente se encuentra ahi poco tiene de aquella gran ciudad, solo la herencia natural del nombre. Si se ha descubierto en Tharsis instrumentos dedicados a la mineria que datan de mas de 3000 años A.C.
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esta muy bacano
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Usar palabras del lenguaje urbano de un determinado pasí (Colombia) hace que sea dificil de entender lo que se escribe.
No había visto nunca eso de «bacano» por lo que he procurado averiguarlo.
In Colombia, something very very good or nice or cool. It came into use in late ’70s for the young people.
-«Parce, que carro tan bacano.» (-«Dude, what a cool car.»)
Como decimos por aquí, mola tia.
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«El misterio de Belicena Villca» , lectura recomendada.
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