Interior destituye al jefe de inmigración en Ceuta que rectificó al ministro

SECRETARIO DE SEGURIDAD DARÁ EL MIÉRCOLES EN EL CONGRESO MÁS DATOS DE CEUTASegún el Huffington post el El Ministerio del Interior destituyó este viernes de su puesto al hasta ahora jefe de la Brigada de Extranjería y Fronteras de la Policía Nacional en Ceuta, Ramón Caudevilla, que concedió una entrevista a un periódico local en la que rebatía la tesis del ministro Jorge Fernández Díaz sobre que las avalanchas de inmigrantes se deben a las mafias organizadas.

Un modo muy democrático y transparente de este ministro del Opus de escuchar a quienes saben más que él de estos asuntos, siempre se dijo que cuando un político mete mano en lo que desconoce acaba por cagarla, lo hicieron con el Prestige, lo han hecho con las cajas de ahorro y ahora con esta lamentable tragedia del Tarajal que espero no quede impune.

Esta es la entrevista que le hace Carmen Echarri y que  publica  el Faro de Ceuta origen de la destitución.

Más de 700 agentes españoles y marroquíes tienen como objetivo, desde el pasado 6 de febrero, controlar la línea que separa Ceuta de Marruecos.

El Gobierno central ha puesto sus ojos en un Tarajal que marca la división entre dos mundos que chocan frontalmente, entre dos mundos que separan la miseria del tener una oportunidad en la vida. Miles de hombres y mujeres intentan, a diario, aproximarse a la frontera, enfrentándose al rechazo de unas fuerzas de seguridad que van adaptándose al trabajo en la “trinchera de Europa”. Así es al menos como acierta a bautizar al Tarajal el jefe de la Brigada de Extranjería y Fronteras de la Policía Nacional, Ramón Caudevilla.
De la auténtica presión migratoria, de la inexistencia o no de mafias, de la problemática que representan los sirios y argelinos o incluso de las asperezas, que las hay, entre CNP y Guardia Civil que han llegado a verse reflejadas en prensa, habla en esta entrevista con El Faro.
–Estos días se habla mucho de la presión en la frontera, se difunden cifras escandalosas, se habla incluso de “emergencia de Estado”… a su juicio, ¿cuál es la situación real en la que nos estamos moviendo?

Ramón Caudevilla

Ramón Caudevilla

–La presión migratoria en frontera es bastante elevada, aunque no creo que alcance los números que se están diciendo. La presión migratoria siempre la hemos tenido en las fronteras tanto de Ceuta como de Melilla, aunque se puede desviar hacia un lado u otro como sucedió en Canarias con los cayucos.
–¿Solución?
–Ninguna. Vamos a poner todas las trabas, todos los medios disuasorios estáticos como alambradas, concertinas, mallas antisaltos… lo que queremos… pero los inmigrantes le van a buscar la vuelta para pasar de alguna manera. Ellos tienen 24 horas para pensar lo que van a hacer después de que pongamos un medio nuevo. Hablamos de medidas coercitivas, pasivas, que los inmigrantes las tienen ahí, delante suya, pero al final siempre buscan la manera de sortearlas. Primero se les puso una valla, luego se tuvo que hacer una segunda, después concertinas… y ahora se va a poner más elementos porque siguen pasando.
–Sin soluciones, ¿cuál es la alternativa que considera al menos idónea para intentar aminorar esa presión?
–La solución práctica y, a lo mejor, echando números, la menos costosa, es la repatriación inmediata. Piensa cuánto puede costar la estancia del inmigrante durante un año o año y medio en un CETI… Como mínimo puede ser 30 euros al día, luego carga el gasto sanitario y demás… A mi juicio la solución menos costosa es la del avión, pero para eso hay que hacer convenios bilaterales con los países…
–… y eso es complicado…
–Claro, date cuenta que estamos hablando de países africanos que lo que quieren es que salga la gente, emigre fuera y mande después dinero al país. A pesar de la dificultad, esa sería la solución verdadera.
–¿Qué nos hemos perdido, a qué se debe esta presión?
–Yo creo que hambre no es. Hambre era cuando los inmigrantes venían en el año 1994, 1995… que ahí sí que se veía verdaderos traumas sobre todo entre los que venían de la zona francófona. Se captaba una necesidad que hoy en día no es así. Hoy en día los movimientos se guían más por los contactos que hay con amigos y familiares que residen fuera y que les dicen eso de oye, veniros para acá que aquí por muy mal que estemos, estamos mejor. Y es que, por muy mal que estén en el país europeo al que acudan, estarán mucho mejor que en su país de origen.
–Al margen de ese efecto llamada, ¿cuál ha sido el detonante para que ya sea normal la entrada en bloque, en grupos de cientos de personas en asalto al Tarajal?
–Que los tiempos de espera en Marruecos se han acortado. Han descubierto que esta es una manera de estar menos meses esperando e intentan una fórmula para dejar el lugar rápido. Han visto que los intentos de entrar en Ceuta y Melilla a nivel masivo son una solución y en vez de estar meses y meses en Marruecos esperando una oportunidad, optan por entrar a las bravas.
–Ahora que tanto se habla de mafias, ¿detrás de esas avalanchas existe realmente un pago, un control de grupos organizados?
–Yo creo que no, es más un movimiento impulsivo de los inmigrantes. Vamos a ver, si entendemos como mafia un grupo organizado, es imposible que exista un grupo organizado que pueda manejar tantas nacionalidades y dentro de cada nacionalidad cada tribu. Es imposible. Estos movimientos obedecen a una unión, a un vamos a ponernos de acuerdo para hacer esto para ver si nos sale bien…, nada más.
–Con este panorama, Marruecos es, más que nunca, la clave.
–Marruecos está colaborando muchísimo y gracias a eso no están pasando más cosas. Es fundamental y todo lo que pida yo, como uno más de la trinchera, considero que habría que dárselo.
–¿Cómo quedan las fuerzas de seguridad para hacer frente a estas entradas después de lo ocurrido el 6 de febrero?
–No soy nadie para valorar si lo que se hizo estuvo bien o mal, nosotros estamos preparados en Ceuta y Melilla para estar en trinchera con medios disuasorios estáticos. Una vez que los han sobrepasado, hay que ponerse en la piel de los que estaban allí, esté bien o mal la actuación que hicieron. Tú te ves venir a esa manta de personas que bajan a la carrera… pregúntate, ¿qué haces?
–Con la prohibición de uso de medios antidisturbio, ¿cómo se os deja a los agentes que estáis en frontera?, ¿primero a Guardia Civil que está al frente y después a vosotros en segunda línea?, ¿se os arrastra a una lucha cuerpo a cuerpo que puede tener consecuencias negativas?
–Yo no veo la ilegalidad del uso de las pelotas de goma. Tal vez cuando se han metido en el agua evitar su lanzamiento… sí,  pero si las pelotas de goma se usan en las manifestaciones nuestras ¿por qué no se va a utilizar en frontera si se da una manifestación y además violenta? Cuando ya han saltado la valla y la trinchera ya solo queda el factor humano, y aquí hablamos de autodefensa. Esto es algo que la gente no piensa, que estamos hablando de autodefensa… en las avalanchas de los últimos días los inmigrantes han venido con palos en las manos… ¿qué hace un funcionario cuando ve eso, echar a correr?… Si no nos dan medios, nos convertiremos como decía el presidente de Melilla, en azafatos. No se le puede impedir a un funcionario que defienda, ni tampoco darle unos medios para usarlos en una manifestación española pero en la frontera no.
–¿Qué ha supuesto el 6-F para el trabajo diario en la frontera?
–Ha supuesto valorar verdaderamente en dónde estamos, el peligro que conlleva el estar aquí. Nosotros como Policía hemos vivido el episodio del Ángulo, el de Calamocarro… Llevo desde al año 1994 en esta Brigada y puedo decirte que el trabajo resulta muy complicado. Los distintos gobiernos no han valorado el peligro que viven las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado en esta línea fronteriza. Ni lo han valorado ni lo han dotado. A partir de ahora puede ser que lo valoren, pero todas las medidas humanas que se hagan son provisionales.
¿Se va a dejar todos los GRS que han traído y nuestra UIP aquí? Eso cuesta mucho dinero. ¿Aumentar la dotación de la plantilla fija? Ojalá. Si dijeran de crear un grupo de intervención en Ceuta y Melilla de la Guardia Civil y de la Policía Nacional y nos llega a una avalancha de estas y nos sobrepasa, resultaría insuficiente. ¿Qué van a hacer entonces, poner dos, tres? La única forma es poner el máximo de medios disuasorios pasivos, tener convenios con Marruecos y activar los tratados de readmisión del año 1992. Si ese sistema fuera eficaz y el que entrara en Ceuta, con un trámite mínimo y reformando la Ley de Extranjería, se devolviera a Marruecos, ese subsahariano optaría ya por no venir por aquí. Nosotros tenemos la suerte de contar con la colaboración de Marruecos y esto es algo que nos beneficia a los dos, porque el país vecino tiene una población de inmigrantes asentada muy elevada que, supongo, hará todo lo que tenga que hacer para sobrevivir.
–Antes se refería, de manera recelosa, a la inexistencia de mafias que movieran las entradas masivas o en bloque. ¿En qué tipo de movimientos migratorios considera que realmente actúa la mafia?
–En la trata de seres humanos. Es la única que tiene el peso suficiente como para tener una organización. Las mafias son grupos organizados y muy estructurados. La trata de mujeres, sobre todo a nivel subsahariano, es más compleja. El subsahariano consigue en su país de origen, por la fórmula que sea, cuatro o cinco mujeres y es el que las trae. Esas mujeres le pertenecen y cuando las consigue pasar a la península trabajan para ella. Ese hombre si va a una ciudad y quiere trabajar allí tiene que contactar con alguien de su mismo clan o nacionalidad que tenga allí su asentamiento y le permita trabajar. Allí todos pagan, ya tenemos una estructura porque hay unos cabezas visibles que cobran para que el resto puedan trabajar, si no no les dejan o les quitan las mujeres.
Solo en el caso de la trata de mujeres subsaharianas podemos hablar de grupos criminales.
–Si estas son realmente las auténticas mafias… ¿cómo denominan a quienes están detrás de la entrada de inmigrantes en vehículos, balsas, motos de agua, los pases de sirios?
–Son microrredes, lo que pasa es que a todos le llaman mafias y no es así. El inmigrante llega al entorno de la frontera y contacta con los nativos de esa zona. Algunos se buscan la vida y preparan su propio coche en el taller que ellos conocen para tener un doble fondo. Entra en la dinámica de estar a la espera y si algún inmigrante quiere pasar le cobra un dinero. Esta persona actuaría de manera independiente. Luego hay microrredes que tienen hasta tres coches, otras que se dedican a comprar documentos falsos para vendérselos a los inmigrantes. Todo esto hay que verlo como un círculo, hay muchas microrredes que en algún momento incluso pueden trabajar juntas para un trabajo concreto. Algunas se dedican solo a vender flotadores a los subsaharianos, otras a vender las balsas tipo toy… cada una es independiente aunque pueden llegar a colaborar. No son ni grupos organizados ni mafias.
–¿Y las que trabajan en el lado español?
–Aquí están mucho más definidas. Puede haber una microrred que contacte con un inmigrante que quiere pasar, y a su vez, como todas se conocen entre sí, pueden contactar con quienes tienen pasaportes, o los que tienen un coche o un policía… Se complementan unas a otras pero no trabajan juntas, aunque en determinados momentos sí hacen una colaboración.
–La organización mafiosa puramente estructural y criminal… no existe entonces salvo en el caso de la trata…
–Creo que es lo más definido para ser una mafia. La trata de seres humanos… y en concreto de mujeres, porque aquí en Ceuta no tenemos trata de niños. Lo más que ha podido haber es que una familia haya traído al niño de otra pero como favor, no para venderlo.
En las entradas en Ceuta no hay más mafia. El inmigrante llega por sus propios medios a Marruecos, quien diga lo contrario está equivocado.
Una vez llega al norte de Marruecos por sus propios medios se asienta y según la capacidad económica que tenga se queda en el monte, en Castillejos o en donde pueda, a la espera de contactar con las distintas microrredes o a la espera de una oportunidad para el salto de valla. No hay más. Quizá haya algo más organizado, sin que llegue a ser mafia, en el cruce del desierto, por Argelia para llegar a Melilla. Dentro de este mundo cada uno se busca la vida a su manera, pero no puede hablarse de mafia.

–Las tesis que está exponiendo desde el punto de vista policial choca con las tesis políticas que estamos escuchando estos días y que, de manera insistente, nos hablan de mafias y advierten a los medios de comunicación del peligro de hablar demasiado para no ser irresponsables por algo que, al final, parece que no es tal…
–Bueno, yo doy mi opinión, desde mi experiencia. Nunca me he encontrado con una mafia. He estado 16 años como jefe de esta Unidad y mafia como grupo organizado no hay. Aquí lo que hay es que el subsahariano que llega al norte sabe que si va a Tánger puede contactar con subsaharianos que viven allí y viven de esto y que les pueden ayudar poniéndoles en contacto con otras personas que les van guiando. Esos subsaharianos que viven en Tánger o Rabat se dedican a eso pero no son los que traen a los subsaharianos desde sus países.
–Sí que hay contacto con los inmigrantes del CETI, ¿no?
–Perfectamente. Sabemos que hay gente en el CETI que conoce cuándo van a entrar y de qué manera. Depende del dinero de cada uno podrán hacerlo de una u otra forma.
–Es el caso de los sirios, ¿no?
–En su caso tienen dinero. Están viviendo en hoteles en Castillejos y disponen de un poder económico muy elevado.
–Es una de las poblaciones que mayor peso está teniendo, ¿qué explicación se le da, existe algún temor ante este goteo permanente?
–El temor es que se abra una vía nueva para ellos. En Melilla están teniendo muchísimos problemas con los sirios. Allí estamos hablando de más de 400, aquí tenemos menos porque los estamos controlando más, con un dispositivo especial en la frontera, aunque en la avalancha de porteadores se puede colar alguno. En este aspecto Marruecos también está colaborando mucho.

En el caso de los sirios hablamos de inmigrantes que proceden de un país en guerra y que pueden tener conocimiento militar preocupante. Por un lado tenemos en cuenta la tragedia, pero por otro lado hay que tener mucha precaución por saber quién se nos mete.
–¿Y qué me dice de la población argelina que está detrás de muchos episodios de inseguridad habidos en la ciudad?
–Es muy complicada, tal vez dentro de la inmigración que nos llega sea la más.
–¿Más complicada que la siria?
–Sí, date cuenta de que el argelino delinque y el sirio no, por ahora. Muchos de los hurtos y robos que se han producido son cometidos por ellos. El argelino nada más llegar a Ceuta pide asilo, lo que le da una inmunidad hasta que se resuelve. Mientras, se queda en las inmediaciones del puerto a esperar para colarse.
–¿Podría evitarse de alguna manera el terminar con esa inmunidad que les permite vivir protegidos en un limbo?
–Podría cortarse ese efecto llamada que existe entre los argelinos, en el que llama a venir a Ceuta o Melilla para pedir asilo y esperar a colarse en un barco, si consiguiéramos acortar los plazos de asilo.
–¿Pero existe esa fórmula?
–Claro que existe y podría ser viable considerando Ceuta y Melilla como puesto fronterizo para que al peticionario de asilo se le pueda tramitar la solicitud como en frontera, con lo que en un plazo de ocho días estaría resuelta. Esto se produce en los aeropuertos, que tienen recintos especiales para ello con abogados, oenegés para hacerles la notificación. Si en ocho días no se les hace la notificación hay que dejarlos pasar. Esto es complicado de lograr, pero sí que cabe una fórmula intermedia que es la tramitación por urgencia con lo que se tarda mes o mes y medio en resolverse.
El trámite normal tarda entre seis y ocho meses en resolverse como mínimo. Si conseguimos acortar ese plazo el efecto llamada terminaría, la inseguridad subjetiva del ciudadano que va al puerto y los ve ahí desaparecería y las estadísticas policiales bajarían… Todo esto podría conseguirse. El jefe superior y el delegado del Gobierno ya le han expuesto esta idea al ministro de Interior y le ha parecido interesante, se estudiará en Madrid y ahí estamos a ver si se puede conseguir algo. Buena parte de la delincuencia que le afecta más al ciudadano como el robo en coches, los hurtos en comercios y a las personas está relacionada con los argelinos.

–¿Descarta que esa población argelina pueda incluso abusar de los menores que hay en el puerto?
–Eso ya no creo, son colectivos distintos.
–¿Cómo han sido las relaciones que tiene la Policía Nacional a pie de frontera con la Guardia Civil durante la puesta en marcha de la ‘Operación bultos’ sobre el control del tráfico de mercancías?
–En sí no tenemos ningún problema, es cuestión de competencias. La Policía Nacional la tiene en exclusiva sobre control documental y ellos la tienen sobre resguardo fiscal, por lo tanto la mercancía, es evidente, es de ellos. Nosotros podemos tener problemas a primera hora cuando entran los marroquíes a Ceuta y como es una labor documental el problema es nuestro. Pero la salida de mercancía desde la rotonda hacia fuera e incluso el puente del Biutz es exclusiva única de la Guardia Civil.
–Y ahí ha habido problemas…
–Ellos se comprometieron a tener un guardia civil en el puente internacional para evitar que los coches pararan ahí a descargar mercancía y evitar el bloqueo del pasillo de salida y no están. Esa es la realidad y hay problemas. Si no se cumple, esto se bloquea y se monta la acumulación de personas en la glorieta del Tarajal.
–…y entonces tiene que estar ahí la Policía… Sabe que ha habido quejas de asociaciones como AUGC diciendo que ustedes no están.
–La Policía tiene que estar cuando hay desórdenes públicos, pero los que están allí no están causando ningún desorden público. Están en actitud pasiva a la espera… pero a pesar de ser así, sí vamos. La Guardia Civil tiene que entender que el resguardo fiscal es exclusiva de ellos y asumirlo.
–¿Y por qué el CNP se prestó a pedir la facturita cuando empezaron todos estos controles si no era vuestra competencia?
–Nosotros no nos prestamos, eso ocurrió al principio de la operación pero fue hasta que se rectificó la orden. Nosotros no tenemos la competencia en esta materia, de hecho no tenemos ni la llave del paso nuevo que aún no se ha abierto, el ‘Tarajal II’, pero la Guardia Civil sí. Tampoco tenemos la de la puerta que comunica la frontera con el polígono. Ellos son los que tienen que tener el control en la zona con todas las consecuencias.
Por ejemplo en el paso del Biutz está la Policía, pero para desórdenes públicos, no para la mercancía. Ellos no pueden dar la excusa de que no tiene personal para hacer esto. Nosotros tenemos cerca de 500 funcionarios y la Guardia Civil tiene cerca de 600, ¿dónde están? Nosotros tenemos toda la ciudad, ¿dónde están?

–Esa colaboración que parece no es tan evidente en el tráfico de mercancías, ¿existe en el ámbito de la inmigración?
–Hay mucha más colaboración.
–¿Entonces cómo se explica que en la avalancha de esta semana con más de mil personas queriendo entrar en Ceuta, se diera aviso a la Sala del 091 para pedir apoyo de UIP y UPR y éste no llegara?
–Se mandó lo que había.
–¿Pero si tenemos aquí a la UIP, durmiendo en el Hotel Ulises, era lo propio que no acudiera a apoyar a la Guardia Civil?
–No se le negó. Se mandaron las unidades que estaban en la calle. También hay que darse cuenta de lo que se tarda en mover a una unidad que ya está acostada y fuera de servicio.
–La Policía Local sí fue.
–Fueron los que estaban de servicio, eso es diferente. Si tú llamas a estas unidades (se refiere a UIP o UPR) puede pasar como mínimo una hora hasta que se activa todo… Si la alerta desaparece, ¿qué haces con ellos? Todas las noches hay movimiento de subsaharianos en la frontera, ¿cuál es la alerta real, todas las noches los movemos?
–Pero esa noche sí que fue real…
–No sé en qué términos se hizo la llamada, pero antes de movilizar a una unidad que está acostada se tiene que valorar qué hacer, si la llamas o no. Nosotros mandamos las unidades que teníamos en la primera de las avalanchas, ya en la segunda, sí que estuvieron. Imagino que la Guardia Civil llamaría también a todos los suyos que tenía de servicio esa noche, dudo que llamara a los que tenía acostados. Si llegan a estar todos los miembros de sus GRS no tenían por qué llamar a nadie más, está claro que tendrían gente fuera de servicio, como nosotros.
Nuestra Policía no puede estar toda la noche esperando qué hacer con nuestros efectivos que están libres de servicio.

“Somos trinchera”

–¿Qué tipo de frontera somos, estamos preparados para hacer frente a la presión que llegue?
Nosotros pensamos que somos frontera sur de Europa, pero para Europa parece que no somos nada cuando resulta que no ayudan lo que tienen que ayudar. Nos dejan solos. Estamos en la trinchera de Europa. Esto se tiene que solucionar con dinero y con apoyo de Marruecos.
–¿Habrá los cambios que todos esperamos?
No sé qué habrán hecho en Italia con la llegada masiva de inmigrantes por mar. Europa está en los despachos y nos les llega la ‘metralla’, nosotros somos los que estamos aquí para bien y para mal.

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2 respuestas

  1. […] que viene utilizando el gobierno siguen siendo su modo de proceder; hemos sabido que han destituido al jefe de inmigración de Ceuta por rectificar al ministro cuando este dijo que eran mafias las que organizaban estos ataques a las […]

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  2. Gabriel

    Te mandé un correo al E-mail que facilitas para explicarte como funciona esto y he visto que tu mail es FALSO, así que visto lo visto te lo dejo bien claro para que no te lleves a engaño. PIERDES EL TIEMPO, no se publicará ninguno de tus comentarios vengan a cuento o no, con este nick y este correo o con cualquier otro. Lo mínimo que se puede pedir es decencia a la hora de facilitar datos y tú has demostrado no serlo.

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