LA “FÁBRICA DE PATRAÑAS HISTÓRICAS” DEL NACIONALISMO CATALÁN CONVIERTE UN CUADRO DEL S.XVII, y UN ESQUEMA DEL S.XXI, EN “PRUEBAS HISTÓRICAS, DEFINITIVAS E IRREFUTABLES” ¡¡DEL S.XII!! INDICANDO QUE LA SEÑAL REAL DE ARAGÓN, NO ERA DEL REY DE ARAGÓN, PERO TAMPOCO ERA DEL CONDE DE BARCELONA… ¡ERA DE CATALUÑA!, Y ANTES INCLUSO DE EXISTIR EL PRINCIPADO COMO UNIDAD TERRITORIAL…
BARRAS DE ARAGÓN: EN CAMPO DE ORO, CUATRO PALOS DE GULES.

«Ningún Pez osará alzarse sobre el mar si no lleva escudo con el Señal del Rey de Aragón». Roger de Lauria , según la Crónica de Bernat Desclot (S.XIII).

Escudos del desaparecido Palacio de la Diputación del General del Reino de Aragón (h. 1450)
Es ya en plena Edad Contemporánea cuando se comienza a dejar de lado las leyendas y se comienza a estudiar la historia a partir de datos, a través de los cuales se irá abandonando la creencia en estas fábulas, quedando las mismas como recuerdo folclórico o argumento de obras literarias propias del Romanticismo. Respecto al origen de las barras, es absurdo aferrarse al origen condal a partir de las fuentes del S.XIV, y de todas aquellas que creyeron en la leyenda de Wifredo. Las barras de Aragón no nacieron para representar al Reino de Aragón, nacieron para representar a una familia cuyo primer «usuario» podrá discutirse. No obstante, históricamente está más que documentado que dichas barras se han utilizado con mayor frecuencia como emblema de Aragón en cuanto estos colores han pasado a ser representativos territoriales, y no con tanta frecuencia para representar a Cataluña, aún dándose por sentado el origen condal de las mismas. Por lo que deberían dejar, ciertos nacionalistas, de negar la propiedad de las barras a los aragoneses. Este emblema debería servir para unir a todos los territorios que un día formaron parte de la Corona de Aragón, y no para desunir y crear desapego entre territorios con una relación histórica fraternal. Es hora de dejar de apropiarse de símbolos y de hechos históricos compartidos, y también de manipular y de reinventarse la historia de Cataluña. Y sobre todo es hora de dejar de dar por ciertas determinadas leyendas sin fundamento histórico alguno. La oportunidad para aclarar ciertos aspectos nos la brinda el grotesco bulo nacionalista del que trata este artículo. A continuación en los siguientes puntos se intentará aclarar varias cuestiones sobre el origen de las barras:

Copia de 1636 del original de Filippo Ariosto de 1586. Palacio del Buen Retiro de Madrid.
Conjuntamente con el cuadro, los mismos “avispados intelectuales” del nacionalismo catalán y fabricantes de bulos (que luego se convierten en dogmas), cayendo en el mayor de los ridículos, nos ponen una imagen muy reciente, extraída de la viquipèdia, que bien pudiera servir para ilustrar las antiguas crónicas de Aragón y Cataluña basadas en falacias, las cuales, en efecto, otorgaban la misma asignación «heráldica» a las Casas de Barcelona y «Aragón-Jimena». Pero no sirve, en absoluto, para ser serios en pleno S.XXI. Apoyándose en esa imagen, nos dicen que ya Guifré el Pilós (Wifredo el Velloso) tres siglos antes de que se inventase la heráldica, ya utilizaba como emblema la cuatribarrada…y para más INRI, no utilizaba Guifré los colores de Barcelona..¡No! sino que Guifré utilizaba como blasón ¡¡los Colores de Cataluña!!. Guifré era Conde de Barcelona, ¡sí!… Pero ¿Catalán?. Es difícil que este Conde fuera catalán, porque hasta Ramon Berenguer III no aparece documentada la palabra «catalán «(1115 Liber Miolichinus, libro Pisano que narra la Conquista de Mallorca), por lo que Guifré nunca fue llamado «catalán», ni supo siquiera lo que era Cataluña. ¿Pero cómo se puede decir que en origen estos colores, conocidos históricamente como Barras de Aragón, son de Cataluña? ¡¡¡¡¿Pero dónde estaba Cataluña en el S.XII?!!! y aún más grave, en el caso de Guifré, ya que no existía ni la PALABRA CATALUÑA, ¿dónde estaba Cataluña en el S.IX???, ¿y dónde la Heráldica en el S.IX?. Es como decir que alguien conducía un Ford Fiesta en el año 1700.

Genealogía de Alfonso II de Aragón que figura en la «viquipèdia»
Filippo Ariosto, el autor de ese cuadro, fue un pintor de Bolonia, Italia, a quien la Antigua Generalitat de Catalunya le encargó entre 1587-1588 la realización de 46 pinturas referentes a la Genealogía de la Casa Condal de Barcelona, Reyes de Aragón, y Reyes de España (Fernando V, Carlos I y Felipe II). Se incluían además varios reyes godos y francos. Esta colección se amplió más tarde hasta existir 54 obras, las cuales constituyen una de las colecciones de pinturas de soberanos más antiguas de Europa. Esta galería regia podrá verse expuesta próximamente en el Palau de la Generalitat. Un año antes que la Generalitat de Catalunya le hiciera su encargo, la Generalitat de Aragón hizo una petición similar al mismo pintor, y es precisamente de ese encargo aragonés de donde procede la pintura que ha originado el bulo. La pintura original se perdió, no obstante se conserva copia del S.XVII. Evidentemente el cuadro no es una prueba del uso de las cuatro barras por parte de una pareja del S.XII. En cambio, sí es una prueba de que a finales del S.XVI en Cataluña y Aragón se daban por ciertas las teorías del origen condal, pero ¡ojo! porque daban también por cierta la leyenda de Wifredo el Velloso, según la cual Carlos el Calvo (o Luis I,o II, o III, según versión) dibujó con su mano las barras en un escudo dorado utilizando como pintura la sangre del herido Conde de Barcelona. Así que tengan en cuenta que ese cuadro de Ramon Berenguer IV y Petronila, no significa que los promotores del cuadro pensaban que Ramon Berenguer IV fue el «creador» del emblema. Ellos creían que las barras eran anteriores al mismo, y tanto es así que el mismo autor del cuadro, en las otras obras encargadas, también pintó las cuatro barras a condes de Barcelona anteriores al mismo Ramon Berenguer IV. Así que ¿constituye una prueba del S.XII un cuadro del S.XVI mandado pintar por gente que creía en leyendas?. Por supuesto que no. Lo que sí queda claro es que las barras sirvieron en su origen para representar a «un linaje» y no a un «territorio».

Ramon Berenguer II y Ramon Berenguer III, por Filippo Ariosto.
¿Por qué utilizan para este bulo un cuadro de Ramon Berenguer IV cuando tienen a otros condes anteriores pintados por el tal Filippo Ariosto? ¿Y también con las barras de Aragón? Pues, porque no saben ni quien era Filippo Ariosto, ni les interesa. No les importa hacer el ridículo.
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