Hace 35 años

Tal día como hoy hace 35 años me encontraba en Palma de Mallorca, estaba realizando el servicio militar, destinado en el Sector Naval de Baleares (fui con todas las prórrogas posibles).
Ese día había salido de paseo, franco de ría creo que le llamaban, paseaba por el paseo marítimo cuando observé algo extraño alrededor de un coche de la policía, estaban con las puertas abiertas y escuchando la radio, aminoré el paso para ver si podía escuchar lo que ellos escuchaban y oí cosas que no me gustaron, regresé a una urbanización frente a Marivent donde tenía un piso alquilado.
Allí pregunté lo que estaba pasando, en un kiosco situado justo frente a la entrada del palacio Marivent, y me contaron lo de Tejero, regresé al piso, me volví a vestir de Popeye y regresé al cuartel. Previamente en dicho kiosco me encontré con un cabo verde que había recibido la orden de avisar a todos los que estaban francos de paseo para que regresaran al cuartel inmediatamente, como yo no pertenecía a su departamento, él estaba en la base naval, pasé del tema y seguí hacia mi piso.
Previamente y desde una cabina de teléfonos, esas mismas que ahora están eliminando, traté de ponerme en contacto con mi esposa, yo ya estaba casado, me costó contactar pues ella estaba en Valencia donde el simpático de Milans del Bosch tuvo la ocurrencia de sacar los tanques a la calle y decretar un toque de queda. Mi mujer estaba en la Feria del Juguete que se celebraba aquellos días en Valencia, trabajaba en una empresa juguetera hoy desaparecida, Geyper, desde la Feria y sin explicaciones les mandaron a todos para casa, luego acabarían por enterarse de lo que ocurría.
Después de hablar con mi mujer regresé al piso, me cambié y regresé a mi destino en el SNB.
Por el camino fui maquinando una estratagema por si aquello triunfaba, tenía la ventaja de tener una titulación, era Piloto de la marina, que me podría permitir enrolarme en cualquier buque de bandera extranjera y salir fuera de la isla y de España, además de no tener problema con el idioma pues hablaba el idioma internacional entre los hombres de la mar, el inglés.
Cuando llegué me encontré en la puerta a dos tontolabas, cabos rojos, que estando de permiso se presentaron allí por lo que les pudieran mandar y les mandaron a casa diciéndoles que se fuera necesario ya les llamarían y eso que quien estaba de guardia era bastante hueso, Garrote le llamaban, creo que era su apellido real y era uno de esos sargentos chusqueros bruto a más no poder.
En Cambio un compañero mío de destino, catalán él, se enteró en Barcelona a punto de coger el ferry a Palma de lo que ocurría, este fue más listo y se dio media vuelta y regresó a casa, era de Girona, desde allí llamó por teléfono y les dijo a los del cuartel que dado lo que pasaba no podía regresar, le dijeron que no se preocupara y que regresara cuando pudiera, lo hizo dos días más tarde.
Estuvimos todo el tiempo pendientes de la tele, hasta que salió el rey, entonces nos echaron hacia los dormitorios y tuvimos que informarnos con nuestras radios de bolsillo.
Digan lo que digan la inmensa mayoría de oficiales y suboficiales eran partidarios del golpe, uno de ellos era un alto mando que siempre estaba junto al rey cuando este iba a Mallorca, los marineros estábamos todos en contra. Algunos de nosotros, los más formados, les acusamos de traidores a la patria si apoyaban a los golpistas; cuando el golpe fracasó cambiaron las tornas y ya no eran tan partidarios del mismo.
Con el paso del tiempo llegaron los socialistas de Felipe González y les aumentaron los salarios a los suboficiales para que estuvieran contentos y les aplacaron; el dinero compra voluntades como estamos viendo ahora en política.
Afortunadamente el golpe fracasó y construimos la democracia, la misma que ahora se ha venido cargando estos últimos años el gobierno que nos ha caído en desgracia.