
Por Esther Palomera – El Huffington Post
Hubo un tiempo en que pudo ser candidato a la Generalitat. Hubo un tiempo en que pudo ser ministro del Gobierno de España. Hubo un tiempo en que fue el político más valorado por los españoles. Hubo un tiempo en que influía más en La Moncloa que cualquier ministro. El proceso soberanista acabó también con eso. Hoy juega en tierra de nadie. Para los independentistas, es un botifler (traidor) y para los inmovilistas, hace tiempo que dejó de ser el interlocutor con el que achicar las aguas de Cataluña. Su partido se presenta solo a las elecciones del 27-S por primera vez en muchos años, después de una ruptura traumática con Convergencia. Hay encuestas que no le otorgan ni representación en el Parlament, pero Josep Antoni Duran i Lleida dice que morirá con las botas puestas del diálogo y se erige en valedor de la ansiada reconstrucción del catalanismo político moderado que algún día, no se sabe de qué año, volverá a ser decisivo.
¿Es democrático declarar la independencia con 68 diputados?
Sinceramente creo que no. No es de recibo desde la perspectiva democrática. En el Parlamento de Cataluña para modificar el Estatuto de Autonomía o designar al defensor del pueblo se necesitan dos terceras partes de los diputados. No tiene sentido que para declarar la independencia, para romper una realidad social, económica y política como es Cataluña y su relación con España, baste con un diputado más.
Y si hay mayoría independentista y el Parlament declara unilateralmente la independencia, ¿qué debe hacer el Gobierno de España?
No debe hacer grandes cosas. Me parece un grave error pensar que la independencia de Cataluña vendrá porque 68, 69 o 70 diputados la declaren. Cataluña será independiente si Alemania, Francia, Estados Unidos, Rusia o Italia la reconocen. La independencia te la dan desde fuera. [El Gobierno] no podrá quedarse de brazos cruzados porque tendrá que defenderse el orden constitucional. Si hay un acuerdo que no se corresponde con ése orden, pues tendrá que recurrir al TC. Pero, el problema no se resuelve mediante sentencias judiciales. La respuesta que exige es política, pero llega ya tarde, entre otras razones, porque el Gobierno del PP ha querido ganar tiempo, y ha enquistado y no solucionado el problema.
Más allá de que no haya habido respuestas políticas y se haya recurrido a los tribunales, ¿ve al Gobierno del PP dispuesto a aplicar el artículo 155 para defender el orden constitucional?.
Le veo capaz de todo. Pero no quiero entrar en ese debate. El PP sabrá de qué manera dede defender el orden constitucional, aunque no es necesario recurrir al 155. Tiene al Tribunal Constitucional. Ese es el problema, que si la declaración de independencia se materializa mediante una votación en el Parlament en el mes de octubre o noviembre, estaremos en plena campaña electoral y, por tanto, el PP tendrá más interés que nunca en que la solución no sea política, sino jurídica o en cualquier caso política pero que favorezca sus intereses electorales. Lamentablemente, a una parte de España le agrada que se castigue a Cataluña y que se recriminen esos actos con fuerza política y grandes declaraciones. El PP vuelve a situar, como lo hizo en el debate sobre el Estatut, al PSOE contra las cuerdas por su tibieza en la defensa de la unidad de España, y ellos son los grandes valedores de esa unidad.
¿Quiere decir que al PP le interesa tensionar el debate catalán para arañar votos en el resto de España?
Y al revés también, ¡claro que quiero decir eso! El sábado estuve con unos gallegos y me recordaron algo que yo había olvidado, una intervención de Carod Rovira al hilo de una iniciativa legislativa del Parlamento catalán sobre financiación, donde en gallego le dijo a Mariano Rajoy: “Sigue por este camino que a ti y a mí nos va bien”. ¡Se retroalimentan unos a otros! ¿Recuerda usted la ERC de Aznar cuando Carod estaba contra las cuerdas por haberse visto con gente de ETA siendo vicepresidente de la Generalitat? Quien le salvó de las cuerdas fue Acebes y Aznar, y ERC volvió a subir como la espuma.
En una Cataluña tan polarizada, ¿hay espacio para su tercera vía que, por cierto, no es la misma que la propone el PSOE?
Haberlo haylo, otra cosa es que tengamos poco tiempo. Creo que Unió tiene más espacio que tiempo. Lo que quedará en Cataluña tras el 27-S será un desaguisado que habrá que reconstruir. Y entre las fuerzas políticas que pueden tener un papel en ese objetivo, una de ellas es Unió.
Además de con diálogo, ¿cómo se puede reconstruir ese espacio?
Con diálogo, aunque sorprenda y se nos llame ingenuos. El Parlamento de Dinamarca, el único de Europa que se ha pronunciado sobre la cuestión catalana, instó al Gobierno central y al de Cataluña a sentarse en una mesa y a dialogar democrática y pacíficamente. Y el mundo independentista lo aplaudió, incluso sustituyeron en algunos ayuntamientos banderas independentistas por banderas de Dinamarca. Si aplauden el diálogo cuando se propone desde el parlamento danés, también deberían aplaudirlo cuando se plantea desde Unión Democrática de Catalunya. Y me dice usted, ¿alguna cosa más se necesitará? Pues poner sobre la mesa alguna propuesta concreta…
Ya ha habido dos: una disposición adicional en la Constitución que propuso usted y una reforma constitucional que planteó el PSOE. A ambas se ha dicho… Seguir leyendo →
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