Recuerdos de Castillejos (فندق). Tercer recuerdo V

Continuación de Recuerdos de Castillejos (فندق). Tercer recuerdo I.

Recuerdos de Castillejos (فندق). Tercer recuerdo II

Recuerdos de Castillejos (فندق). Tercer recuerdo III

Recuerdos de Castillejos (فندق). Tercer recuerdo IV

Autor: Luis Torti Gil

—-   L O S   M I L I T A R E S    —–

 

Legionarios. Clikar para ir a la fuente

A principios del mes de julio, soldados venidos de Ceuta (no sé de qué acuartelamiento), pasaban unos días en la playa montando una especie de casetas de forma rectangular y bastante amplias,  con troncos de maderas y ramajes de palmeras.  Montaban tres,  distribuidas a una cierta distancia una de otras y de distintos tamaños. La primera la situaban antes de llegar a la estación y tenía una entrada a un recinto espacioso y después una separación, hecho con ramajes espesos, a modo de vestuario  y para guardar enseres playeros, bebidas,   neveras de hielo, etc. y era para suboficiales. A unos 30 m. se instalaba la de oficiales que prácticamente era igual a la anterior pero con una separación mas para vestuarios exclusivamente. Más  adelante y a la misma distancia, más o menos,  se montaba una tercera caseta igual que la anterior, pero con un mostrador a modo de bar. Esta era para los mandos superiores.

Estas casetas estaban en servicio todo el verano para uso de los militares de Ceuta y sus familias que acudían cada día  a la playa y  disfrutaban de unas instalaciones donde comer y soslayarse.

Antes de que empezaran a venir los militares  y después del verano mientras no las desmontaban, hacíamos uso de las casetas y  nos servía de motivos para juegos.

De momento, solo se quedaba un soldado que vigilaba las tres casetas   y cuando ya venían  de forma habitual se quedaba un soldado por caseta.

Tanto mis hermanos , como yo, teníamos acceso ,si queríamos, al disfrute de la caseta de oficiales, pues era mi padre quien les facilitaba el permiso a  través de la Comandancia de Marina  para las instalaciones de las casetas, pero nosotros preferíamos  ir con nuestros amigos que eran con los que, realmente, nos divertíamos.

——  L A   C Á M A R A —

En la playa, como todo el mundo sabe, se juega a todo y con todo. Desde el fútbol, hasta las burradas más grande como las “ahogadillas”. manteniendo  la cabeza de la víctima bajo el agua hasta dejarlo casi para ingresar en la U. V. I. Pero habían dos diversiones   que  nos gustaban más que ninguna, sobre todo,  la cámara de goma de las ruedas de un coche y no te digo nada si era la de ¡un camión!, como la que tenia Anonín. En aquellos años no existían las colchonetas, ni roscos salvavidas, ni manguitos , ni pedales hidráulicos, ni nada de los cientos de artilugios para disfrutar en la palaya  existentes en nuestros días. En aquellos años las diversiones las creábamos con imaginación y c0mo se diría vulgarmente  “a pelo”. Por eso , cuando aparecía Anonín con aquella pedazo de cámara de uno de los camiones de su padre, se sabía que la diversión estaba asegurada,  al menos para los pocos afortunados que podíamos tener acceso. Todos merodeábamos alrededor de la cámara  tratando de subirte a ella  o agarrarte de alguna forma, pero era tan gruesa y resbaladiza que, para los más pequeños,  era casi imposible  aún cuando la mar estuviera en calma,  y más aún si estaba  un poco agitada, pero entonces, el disfrute, llegaba  a sus cotas más altas.

Cuando había un levante moderado tirando a fuerte, ”la cámara” adquiría su mayor grado de efectividad . Introducirla en el agua y salvar la barrera de rompimiento de las olas, se convertía en una ardua tarea  porque, cuando creías haber salvado el rompimiento de la ola, venia otra aún mayor que,  justo rompía sobre la cámara y los  que la empujaban hacia  dentro, arrastrando cámara y nadadores otra vez al inicio de la lucha. El que mejor lo pasaba era el que iba dentro del círculo interior de la cámara que, no sólo no se cansaba, sino que, además, hacia “surfing”. Todo esto conllevaba caídas, revolcones, apuros,  golpes, tragar buenos buches de agua, en suma, ¡diversión!

Una vez  traspasada la  dificultosa barrera, los dos o tres  nadadores que lo habían conseguido, agarrados a la cámara y exhaustos,  se dejaban mecer al vaivén de las olas y descansar para, acto seguido, hacer el proceso inverso, acercarse a donde empezaba el  rompimiento de las olas y esperar una, lo más grande posible, para subirte en ella y con su impulso, llevar la cámara con su ”pasajero”  a cuesta y a los sufridos nadadores, hasta la orilla o lo más cerca posible. La acción se repetía tantas veces, como ganas te quedaban para continuar. Eso sí, dentro de la cámara subía uno diferente.

¿Quién dijo que el “surfing” lo inventaron los nativos de los mares del Sur?…… El “surfing”, para que se enteren, nació….¡¡¡ EN CASTILLEJOS !!!

—-   “  E L  TANQUE “  —-

 

El otro divertimiento que recuerdo “nacido” en Castillejos y no lo he visto practicar  en ninguna playa del mundo mundial (y he visto muchas ), salvo donde hemos estado mi hermano Andrés y yo que siempre lo ponemos en práctica, y es… Porrroooooponppoooon.  ¡¡El Tanque!!

Para hacer “el tanque”, hacen falta dos personas, a ser posible de la misma envergadura y complexión física. Ahora se verá por qué.

Uno de los participantes se echaba de espaldas en la arena con  la cabeza apoyada en  ella, pero de cara el mar y con la dos piernas encogidas próximas al culo  ( con  perdón ).  El  otro  componente se colocaba de pié con la cabeza del tumbado en medio de sus pies que eran agarrados fuertemente por los tobillos. El de a pié, se inclinaba lo suficiente para coger por los tobillos las piernas del que estaba echado, de forma que ambos, formaban una especie de rueda. En esta posición, el que estaba de pié, tomaba  un fuerte impulso para apoyar su espalda  en la arena arrastrando con él, al cuerpo del tumbado que, a su vez, tomaba impulso  repitiendo la misma acción y así, haciendo el efecto de una rueda, giraban, giraban, giraban ,hasta introducirse en el agua todo lo más adentro que se podía.

Si la playa tenía pendiente, aunque fuera leve, facilitaba el rodar del “Tanque”. La diversión era mayor, cuando varios “tanques” hacíamos carreras para ver quien llegaba antes al agua y más adentro. ¡¡Te “quedabas” con el personal!

Amigos,  donde veáis en una playa de cualquier parte del mundo hacer  “EL Tanque”, seguro, seguro, que hay uno de Castillejos  formando   ”la rueda”.