
Foto desde ACHIME, la foto no tiene nada que ver con las protagonistas de esta carta. La foto solo se usa para ilustrar la carta.
El sábado 28 de marzo a las 17,30 horas, iba con dos amigas en el metro, concretamente en la línea 3 del metro de Barcelona. Íbamos charlando (en español) porque estábamos preparándole una sorpresa a una amiga nuestra. Una mujer no dejaba de observarnos y mirarnos con mala cara. Esa misma mujer, después de un rato y en un tono agresivo, le dijo a mi amiga: «Tú, la del pañuelo, no me mires». Ni que decir tiene que mi amiga, como nosotras, ni siquiera se había percatado de que aquella mujer estaba allí hasta que habló. Acto seguido se quedó libre un asiento justo delante de nosotras y vino para sentarse ahí. Comenzamos a tener una conversación en árabe y, de repente, empezó a insultarnos a las tres. «Putas, fulanas, hijas de puta, idos a vuestro país…». Lo que la mujer no sabía es que alguna de nosotras ha nacido en el mismo país que ella. El silencio que había en el metro era cada vez más incómodo y la mujer no dejaba de alzar la voz. Cuando por fin nos hartamos de ignorarla, de no mirarla, de no responderle, las dos que no llevábamos hiyab le devolvimos la mirada desafiante y, sin mediar palabra, nos lanzó una botella de agua que impactó en la cabeza de mi amiga, provocándole un fuerte hematoma. Empapadas tras la agresión, indignadas y llenas de rabia e impotencia por el poco respeto y la absoluta pasividad e indiferencia de la gente presente que nos estaba observando, callada, sin decir ni hacer nada, nos levantamos y nos enzarzamos en una discusión que acabó en agresión. Una agresión que, aparte de los arañazos, dejó a mi amiga con un horrible puñetazo en el ojo. Fue en ese momento cuando uno de los chicos que ya había bajado del vagón, volvió a entrar y tiró al suelo a la mujer. Esta se levantó y volvió a increparnos. Aparecieron de no sabemos dónde dos hombres rapados, de complexión fuerte, y nos agarraron por el cuello dejándole a mi amiga el hombro en el siguiente estado, según el informe médico: «Presenta dolor fuerte en zona escapular y a la movilización del hombro izquierdo tras haber recibido agresión directa por impacto de objeto y manotazo». Sin saber bien qué hacer, empezamos a insultar en castellano y en árabe. Afortunadamente, el metro paró en el momento exacto y un hombre árabe que nos oyó y vio lo que nos estaba ocurriendo entró a ayudarnos. Seguir leyendo
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