Empresarios sin escrúpulos. Dinero sucio. Paidofilia y Pederastia

  No, no está usted alucinando. Es un hecho. La trata de mujeres, niñas y niños con fines de esclavitud y comercio sexual constituye la tercera actividad más lucrativa en el mundo, después del tráfico de armas y la venta de estupefacientes.De acuerdo con el “Informe sobre el Estado de la Población Mundial 2006, las Mujeres y la Migración Internacional”, elaborado por el Fondo de Población de Naciones Unidas tras una investigación que está lejos de caducar -otros reportes vienen a reafirmarla como cosa de hoy-, los 2,45 millones de víctimas de la trata laboran en condiciones de explotación sexual y comercial. Y el 80 por ciento son mujeres y niñas, obligadas a prostituirse y a realizar brutales trabajos en el servicio doméstico, en tareas agrícolas o en talleres y fábricas. Pero el rosario de iniquidades, espigadas en una nota del colega Salim Lamrani para la agencia de prensa IPS, no concluye en lo que he soltado con aprensión en el párrafo anterior. Aprensión, sí, porque, en honor a la más estricta verdad, a veces temo resultar cargante con tantas desgracias desbocadas en esta columna. Solo que el mundo rezuma desigualdades, injusticias en tropel. Y en tropel entran en estas líneas.E incluso aunque alguien no me lo perdonara, seguiría en mis trece, subrayando que, a pesar de la inexistencia de fuentes fidedignas que revelen la ganancia reportada por esas actividades, de naturaleza ilícita, se estima que anualmente la industria –para llamarla de alguna manera- genera ¡siete mil millones de dólares… sólo en los Estados Unidos! Que conste: la cifra entre signos de admiración, más bien signos de estupefacción, representa el monto de la venta inicial de las personas, pues una vez estas han llegado a los países de destino, los victimarios obtienen unos 32.000 millones más.

¿Las causas? Bueno, empecemos con una de las más visibles. “El flagelo es un resultado oculto de los Tratados de Libre Comercio y la globalización; tal parece que la apertura de las fronteras no solo fue para el comercio de productos, sino también para la globalización de la delincuencia organizada, que anualmente se dota de más tecnologías con el objetivo de burlar las normas internacionales”, puntualiza el estudio, haciéndonos confirmar la necesidad de la lucha contra el padre de los TLC: el neoliberalismo.

Un neoliberalismo transubstanciado en xenofobia allá por los vericuetos de la conciencia cotidiana de cierto conglomerado de ciudadanos primermundistas, y de los políticos que aúpan estos sentimientos espurios proclamando al inmigrante menesteroso mera ficha sobrante, como para que los tratantes asuman el trasiego de esa carne condenada a pasar inadvertida, ante la prohibición de entrada legal.

Situación que dista de haber cambiado. Anualmente, setecientos mil seres cruzan las fronteras forzados por los traficantes, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), agencia de la ONU que acaba de tocar la comba celeste con el grito de que “dentro de 20 años serán 12 millones”, en boca de su directora general, Ndioro Ndiaye, y que en 2006 logró ayudar apenas a 1.879 víctimas, de las cuales el 82 por ciento eran mujeres.

Pero Ndioro se empeña en rechazar abstracciones y medias tintas. En su leal saber y entender, la pobreza, la iniquidad, la inseguridad alimentaria, la violencia, los conflictos y las migraciones no pueden ser consideradas las únicas causas del tráfico. “Esta actividad ilícita también es consecuencia de la demanda de mano de obra barata y de servicios sexuales en los países de destino”, mayoritariamente del Primer Mundo.

Un Primer Mundo de cálculos errados. Porque la causa más profunda del tráfico –o sea, una de las más profundas; no olvidemos el modo de producción capitalista, la propiedad privada en sí- es para la alta directiva mencionada el gran cambio demográfico. Mientras la población de las naciones industrializadas envejece y su natalidad cae, ocurre el proceso contrario en “el Sur en desarrollo”. (Subdesarrollado, aclaramos nosotros).

Algo que se erige en muestra de que el sistema no funcionará en tanto “algunos países financien generosamente el lado de la demanda, y no amplíen sus leyes laborales para proteger a los inmigrantes”… Pero, pensándolo bien, ¿se desharía el entuerto?, ¿dejaría de haber traficantes de carne para el sexo forzoso y otros menesteres sórdidos con un capitalismo recogido a pías acciones que permaneciera tal, capitalismo?

De ser así, el estado de cosas hubiera mejorado tras el Protocolo para Prevenir, Suprimir y Castigar el Tráfico de Personas, Especialmente Mujeres y Niños, aprobado por la Asamblea General de la ONU en 2000, y en vigor desde 2003.

¿Me equivoco? No lo creo. Yo tampoco estoy alucinando.
Autor: Eduardo Montes de Oca en InSurGente.

Paidofilia y pederastia

 “(…) No es la primera vez ni será la última que hablo aquí de la diferencia entre la paidofília —atracción sexual por menores, algo que no se elige y que no es reprobable por sí mismo— y pederastia, el abuso y la explotación sexual de niños o adolescentes, sean cuales sean sus formas. Cualquiera con uso de razón puede entender la diferencia entre quién realiza descargas o compra revistas para satisfacer sus impulsos sexuales en solitario, y quién, con ánimo de lucro o no, comete abusos, violaciones, explota, denigra o utiliza públicamente imágenes de menores. Lo primero es cosa de la vida privada y de la moralidad de cada cual, lo segundo sí es un problema social y público. (…)”

L.C.G.R, suicidado de penalti

por Antón Corpas

Las iniciales que encabezan este artículo son las de un hombre suicidado hace ahora mes y medio, imputado por tenencia de pornografía infantil en la denominada «operación Penalti», L.C.G.R, profesor de inglés del Colegio Versalles de Avilés, se quitaba la vida el pasado 7 de junio, pocos días después de ser detenido y salir en libertad con cargos: «todo hace indicar [sic] que decidió poner fin a su vida arrojándose a la ría incapaz de soportar la vergüenza pública de ser acusado por un delito de estas características» (Informativos Telecinco 17/07/2007).
No es la primera vez ni será la última que hablo aquí de la diferencia entre la paidofília —atracción sexual por menores, algo que no se elige y que no es reprobable por sí mismo— y pederastia, el abuso y la explotación sexual de niños o adolescentes, sean cuales sean sus formas. Cualquiera con uso de razón puede entender la diferencia entre quién realiza descargas o compra revistas para satisfacer sus impulsos sexuales en solitario, y quién, con ánimo de lucro o no, comete abusos, violaciones, explota, denigra o utiliza públicamente imágenes de menores. Lo primero es cosa de la vida privada y de la moralidad de cada cual, lo segundo sí es un problema social y público.

En cambio, la legislación vigente mezcla, con escasos matices, a los explotadores y distribuidores de pornografía infantil con los consumidores. La ley, en este caso, ataca directamente a una conducta o un deseo individual olvidando que, por rechazo que provoque un hombre masturbándose ante la imagen de un menor, ese acto no está provocando daño alguno a ninguna persona o bien común. Efectivamente, el consumo contribuye al negocio y el crecimiento del negocio contribuye a la explotación. Pero aplicando idéntico esquema, cualquiera de nosotros contribuye a la explotación infantil de Nike o a las decenas de nigerianos muertos alrededor del negocio del gasóleo de Shell, Total-Fina-Elf o Chevron-Texaco. ¿Se imaginan que un día Baltasar Garzón descubre que es intolerable todo aquello que ya sabemos que es intolerable pero toleramos, y en lugar de detener a los directivos de Shell, Total-Fina-Elf, Chevron-Texaco o Nike imputa a todo aquel que esté llenando un depósito de gasolina o lleve una camiseta con un determinado anagrama?

Esa es, exactamente, la práctica habitual en este terreno. Por lo general, en las operaciones contra la pornografía infantil en internet realizadas en los últimos años, lo raro es que sean detenidas las personas directamente responsables de abusar, explotar y fotografiar a los menores, y lo común es que se impute a quienes la propia policía tilda de «usuarios». En esta operación en particular se han incautado cd’s, ordenadores, discos duros, PDA’s y… una sola cámara digital. El origen de todo ha sido información proporcionada por la policía alemana sobre foros en la red, sin que haya noticia alguna de que se hubieran localizado los autores de las fotografías o del secuestro o captación de las víctimas.

Más sencillo que rastrear las huellas y localizar las personas o las redes que se lucran con la explotación de menores, es identificar unas decenas de direcciones IP —algo para lo que, según tengo entendido pese a mi ignorancia tecnológica, tampoco es necesario recibir un soplo de la policía alemana—, imputar a unos cuantos anónimos inmorales, y de inmediato enchufar el ventilador mediático.
En esta como en otras actuaciones similares pesa más el aspecto propagandístico que la efectividad preventiva y penal contra lo realmente dañino del asunto. Se ha detenido a un puñado de consumidores entre los que, con suerte, puede haber algún que otro pequeño distribuidor. Con ello, se ofrece un espantajo, unos cuantos infelices que castigar en la plaza pública y, de camino, se contribuye a un clima que justifique el incremento de los sistemas de control y espionaje en internet. Mientras, los explotadores de menores continúan actuando  a sus anchas dentro de la realidad y fuera del mundo virtual de los «delitos tecnológicos».
Fuente: InSurGente.

Una respuesta

  1. Si realmente quisieran detener a los que le revientan la vida a los chicos hundiéndolos en la pederastia ya lo hubieran hecho. Si ni siquiera se molestan en arribar a tratados internacionales con Tailandia, Indonesia, los países árabes, etc, donde se ofrecen todo tipo de banqueteadas sexuales con menores de edad. ¡Son unos hijos de remil putas!

    Me gusta

Deja un comentario

De la mar y los barcos

Just another WordPress.com weblog

Aragonízate

Ser aragonés... ¡cuestión de carácter!

El ilustrador de barcos

Reflexiones gráficas y otros trabajos de estudio

Emitologías

Explicaciones mitológicas para cotidianas expresiones

Enseñanzas Náuticas

Para conocer la mar y todo lo que le rodea

METAMORFOSIS

cambiar o morir

Reflexions d'un arqueòleg glamurós

La ploma més àcida de la xarxa

La Tronera de Celemín

Bitácora de un eterno aprendiz

Revista Diaria

Actualidad, salud, familia, finanzas, moda y mucho mas..

hungarianportrait

Portrait and Glamour Photography from Laszlo Racz